En Perú, como en casi todo el mundo, se hace cada vez mas necesario gestionar de manera eficiente el espectro radioeléctrico, el medio por el cual se transmiten las ondas de televisión, radio, telefonía celular, internet y muchos otros servicios de telecomunicaciones como son los sistemas de seguridad, defensa y emergencias, o los servicios de radiotaxis, beeper, radioaficionados, alarmas o sistemas de radionavegación.
El espectro es la base para el funcionamiento de muchísimos servicios de comunicación pero “la importancia del espectro no está en lo que es, sino en lo que nos permite hacer”, de acuerdo con la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC). Es un bien de dominio público que administra el estado y que los ciudadanos debemos considerar un medio para el acceso a información.
En el actual contexto de:
- expansión de la telefonía móvil, que incrementa de manera persistente la cantidad de celulares en uso, los minutos de comunicación y el tráfico de información, siendo ahora un medio más de acceso a internet,
- en el inicio de la televisión digital, que cambiará las frecuencias de transmisión de las televisoras,
- y de ampliación de los servicios inalámbricos,
se plantean nuevos retos para la regulación y gestión del espectro y la necesidad de ampliar el debate sobre este tema.
Transición hacia la televisión digital: puntapié para el debate
Recientemente se ha discutido en el país sobre la televisión digital terrestre, también sobre la necesidad de desplegar infraestructura para brindar servicios de banda ancha y, aunque de manera más superficial, sobre las políticas de concesión de frecuencias a grandes operadores de telefonía móvil. El debate sobre la gestión del espectro se dio principalmente en espacios técnicos pero comienza a vislumbrarse en otros ámbitos la importancia de una buena administración del recurso y la vinculación que esto tiene con la definición de políticas para la democratización del acceso a información y a internet.
La transición hacia la televisión digital inició el debate entre empresas de radiodifusión, organismos gubernamentales, académicos y la prensa nacional, sobre el uso que se le dará al dividendo digital (espacio del espectro que quedará libre por el cambio de frecuencias de las televisoras). El dividendo puede servir, por ejemplo, para brindar servicios móviles y acceso a internet de banda ancha en zonas rurales a menores costos. El aprovechamiento social de este recurso requiere de una política inclusiva y de una distribución de las frecuencias y gestión del espectro adecuada a ella.
El Estado peruano, siguiendo las recomendaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, se ha mostrado a favor de asignar parte del dividendo digital a la prestación de servicios de telefonía móvil 4G. No hay un debate sobre la asignación de otras frecuencias del dividendo, ya sea para atribuirlas o para liberarlas. Tampoco para fomentar políticas y modelos de acceso que promuevan proveedores locales de servicios de internet.
La gestión del espectro en Perú, como la mayoría de las políticas de telecomunicaciones, se ha orientado hacia la rápida expansión de servicios y a priorizar la participación de grandes empresas operadoras. Esto limitó la diversificación de servicios, la participación de operadores locales y la generación de modelos de acceso a internet. La gestión del espectro podría considerar un uso abierto y comunitario de frecuencias que ofrezcan ventajas por los avances de la tecnología inalámbrica y digital. Esto marcaría un cambio político y regulatorio en materia de telecomunicaciones, potenciando los objetivos de desarrollo económico y social al complementar los objetivos de expansión de servicios con los de uso y desarrollo cultural, educativo y tecnológico.
Las políticas de planificación y uso del espectro son desarrolladas y gestionadas principalmente por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones y por el Organismo Supervisor de la Inversión Privada en Telecomunicaciones. Este marco institucional dificulta la vinculación de estas políticas con las necesidades de los sectores de cultura, salud, educación y agricultura, entre otros. Por eso es necesario orientar la planificación del uso de frecuencias hacia las necesidades de varios sectores, para lo cual debería potenciarse la participación de más actores en el debate, la gestión y el uso del espectro.
Otro modelo es posible
Es posible plantear un modelo de “espectro abierto” que permita a distintos tipos de usuarios y usuarias acceder a él sin solicitar licencias, siguiendo reglas de “convivencia”. Este tipo de esquemas requerirán, más que de soluciones técnicas, de un cambio en las políticas de telecomunicaciones que incorpore un enfoque de derechos por sobre los de la inversión privada. Si se considera pertinente avanzar hacia la “liberalización” de frecuencias para el uso comunitario y libre, será necesario promover políticas, planes y proyectos que fomenten la participación de operadores locales y crear mecanismos de participación más inclusivos en la repartición de frecuencias, eliminar la burocracia y simplificar los procedimientos; así como fomentar la creación de empresas, la investigación y la innovación. También aprovechar que las empresas operadoras no utilizan todo el espectro que tienen asignado y asignarle a otros estas porciones de espectro sin uso o bien regular un mercado secundario de espectro.
Por otra parte, las instituciones académicas y la sociedad civil deben prepararse y participar más activamente en la generación de conocimientos y en el debate para la definición de las políticas, planes y proyectos nacionales para el uso efectivo del espectro. Los foros ya existentes deberían recibir apoyo, ya que han generado valiosa información técnica y legal sobre el tema. Es un momento clave para involucrarse en este debate y vincularlo con otros que están en curso, como por ejemplo el Plan para el desarrollo de la banda ancha. También debe buscarse la inclusión de quienes desarrollaron radios comunitarias y políticas de acceso a información. En vísperas de la discusión sobre la norma técnica para la radiodifusión sonora digital y, en virtud de su experiencia, estos grupos pueden ser actores clave en el debate sobre el espectro.
Si la discusión sobre el uso del espectro radioeléctrico se incorpora en la agenda pública y si los diferentes interesados logran organizar espacios de debate e incidencia, podrá avanzarse hacia una gestión del espectro acorde con las necesidades de la ciudadanía peruana en la sociedad de la información.
Esta es una sintesis de la investigación realizada en Perú por Maicu Alvarado y Gabriela Perona para CEPES, como parte de la iniciativa de APC Espectro abierto para el desarrollo, que se orienta a brindar un mejor conocimiento de la regulación del espectro a través del estudio de la situación en África, Asia y América Latina. Este proyecto forma parte de la iniciativa ‘Action Research Network’, financiada por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá (IDRC).
Se disponibiliza debajo el informe nacional de Perú.
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