Estamos ante una situación extrema nunca experimentada por nuestra generación y las respuestas han venido de la movilización social, y principalmente de cada Estado. En la era de las tecnologías de la información es innegable la utilización de las mismas como parte de las respuestas a esta pandemia. Sin embargo ni en Paraguay ni en la región tenemos la madurez normativa para regular a la industria de la tecnología, por lo que se convierte en un aliado riesgoso. Incluso aunque demuestren las mejores intenciones, sigue siendo un problema.
En Paraguay venimos enfrentando esta pandemia con similares medidas que la región y el mundo, como el aislamiento y la mejora del sistema de salud. No obstante, muchos de los argumentos que se discuten no están directamente relacionados con la pandemia sino con acciones cortoplacistas, que tienen como fondo un lavado de cara o de conciencia, como por ejemplo la “reducción de los salarios por 3 meses de los directores y consejeros de la represa hidroeléctrica de Itaipu”. Lo que debería hacerse, según afirman expertos en economía como Verónica Serafini y otros a nivel mundial, es un reajuste de toda la economía y en particular mejorar los recursos para los sistemas de salud y de emergencia, haciendo un redistribución tributaria, a través de impuestos a la renta personal, al tabaco, al alcohol, a la soja, etc..
La mayor diferencia entre una epidemia y una pandemia es la forma en que respondemos: mientras que ante una epidemia se puede utilizar el aislamiento, la vigilancia y el control, la respuesta ante una pandemia debe centrarse en una solución sistémica que mejore la infraestructura de salud pública. Las muertes masivas en países como Italia, España, Irán y EEUU evidencian esta necesidad de invertir en los sistemas de salud pública y emergencia. Es muy probable que las herramientas y poderes digitales terminen acompañando los cambios que generará esta pandemia, a nivel de mercados, fronteras y geopolítica.
En nuestro país están surgiendo muchas propuestas e ideas sobre como enfrentar a la COVID19 basadas en tecnologías, algunas centradas en el control biomédico y social. Estas soluciones, están recopilando una importante cantidad de información sensible, como por ejemplo, diagnósticos de salud, geolocalización, vigilancia histórica comercial, etc.. Por tanto será clave evaluar cómo las soluciones tecnológicas impactan a la democracia en contexto de emergencias como la que estamos atravesando.
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La Asociación de Tecnología, Educación, Desarrollo, Investigación y Comunicación (TEDIC) es una ONG basada en Paraguay que desarrolla tecnología cívica abierta y defiende los derechos digitales y la cultura libre en internet. Su misión es promover los principios de una cultura libre y defender los derechos civiles en internet, propiciando espacios de interacción e intercambio de conocimientos y desarrollando herramientas web con código y diseño abierto. TEDIC es miembro de la red de APC desde 2019.