¿De quién son las voces que se hacen oir en los espacios de políticas y regulaciones? ¿Qué experiencias de género tenemos en esos espacios? ¿Cómo podemos crear políticas de acceso más inclusivas, diversas y orientadas a la comunidad?
Estos fueron algunos de los temas clave que se discutieron durante los dos últimos meses entre activistas de redes comunitarias, especialistas en gobernanza de internet y activistas por los derechos digitales de Africa, Asia y América Latina gracias a la iniciativa Socio-Political Advocacy for Community Networks Engagement (SPACE – Activismo sociopolítico para la participación de las redes comunitarias). SPACE es un programa de tutorías para la capacitación y construcción de movimientos a cargo de la iniciativa Local Networks, puesta en marcha por APC y Rhizomatica. El objetivo de este programa de tutorías es apoyar a mujeres y personas de género diverso, queer y trans a fin de que puedan asumir roles de liderazgo como activistas por las redes comunitarias.
Durante la primera edición del programa, que duró ocho semanas, las personas que participaron en SPACE se reunieron dos veces por semana y participaron en sesiones facilitadas por mujeres y personas no binarias con formación en derechos digitales y activismo político a fin de analizar y dialogar desde una perspectiva feminista interseccional acerca de los múltiples niveles que implica el activismo en torno a redes comunitarias. Los temas tratados fueron desde la infraestructura y el espectro compartido, hasta los roles de las mujeres en las redes comunitarias, pasando por las leyes y la gobernanza de las tecnologías de información y comunicación (TIC), la regulación de las telecomunicaciones, la innovación tecnológica, la sustentabilidad y el intercambio de conocimientos.
Hay más información y documentación sobre la agenda de SPACE en esta wiki. Las citas que siguen también captan la experiencia de algunas de las personas que participaron en el programa de tutorías en sus propias palabras:
Lenguaje e inclusividad de género
Además de participar en el vibrante diálogo que se produjo en las sesiones, las participantes de SPACE también fueron invitadas a conducir las sesiones finales del programa, con el foco puesto en el diseño de estrategias para el futuro en dos áreas principales: 1) política linguística y de género, 2) fondos y regulaciones de servicio universal.
Durante el proceso, las participantes compartieron relatos de cómo las tecnologías digitales y los procesos de toma de decisiones suelen estar a cargo de hombres que no tienen una perspectiva de género. Estos procesos, que funcionan como una extensión de la sociedad en la que están arraigados, reflejan a menudo la normalización de siglos de exclusión y violencia estructurales en relación a factores como el género, la etnia, la clase social y la nacionalidad. Una de las maneras en que se perpetúan tanto esta normalización como los daños que produce es precisamente el lenguaje que se utiliza y que constituye uno de los puntos claves que identificaron las participantes para generar un ambiente más inclusivo para el activismo en torno a redes comunitarias y cambio político.
Basándose en sus propias experiencias, las participantes señalaron algunos ejemplos sencillos y concretos de cambios que aún no constituyen la realidad en muchos foros multisectoriales, como permitir que cada persona elija el pronombre con el que quiere ser llamado y eliminar el uso de plurales masculinos para dirigirse a todas las personas de la sala. Los ejemplos pueden parecer triviales, pero cuando algunas expresiones se repiten todos los días y en múltiples espacios, el lenguaje puede convertirse en un obstáculo que impide que las personas se sientan bienvenidas, o incluso llega a limitar los múltiples roles que son capaces de asumir. Como dijo una de las personas, en muchos países los medios siguen refiriéndose a las mujeres como esposas o madres de alguien. Es importante tener conciencia de la repetición constante de este tipo de conceptos reduccionistas para construir espacios de políticas y activismo que rompan con esos moldes a fin de recibir abiertamente a todas las comunidades en toda su diversidad.
Puntos de acción
Estar presente, apoyarse entre sí y generar conciencia fueron las estrategias que más se mencionaron con el fin de crear espacios y lenguajes más abiertos y receptivos para las mujeres, las personas de género diverso, las personas trans y las personas con capacidades diferentes. Pero estar presente no es una tarea simple cuando nos damos cuenta de toda la discriminación y la violencia que se ha normalizado y esta es una experiencia repetida para ciertos grupos. Otro de los puntos de acción identificados en este sentido es el de construir un compromiso colectivo con la creación de espacios mental y emocionalmente seguros junto con espacios físicos, teniendo en cuenta los contextos y obstáculos locales con el objetivo de superarlos cada vez que sea necesario.
Otro de los temas que se plantearon fue el de la financiación, y se subrayó la necesidad de actuar en este punto. Si bien es cierto que hay bastante acceso a becas y subsidios de formación para las mujeres, el acceso se torna más limitado cuando se trata de poner en marcha proyectos. Las participantes destacaron la necesidad de trascender la mentalidad centrada solo en formación y dedicarse también a financiar iniciativas en las que las mujeres desempeñen papeles activos.
En relación a los fondos, las personas que participaron en SPACE también desarrollaron un plan de acción para defender una gestión y asignación de fondos de servicio universal más eficiente, equitativa y transparente. Esto implica que los recursos se puedan movilizar para garantizar que las personas estén conectadas y, así, puedan cumplir sus aspiraciones y ejercer los derechos que defiende el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El artículo establece que “toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Para alcanzar estos objetivos, se identificó como un paso importante la adopción de un enfoque según el cual lo primero es la comunidad, promoviendo el intercambio de conocimientos y la construcción de pruebas mediante la investigación. Las presentaciones revelaron que, para ser realmente participativos, los procesos deben incluir un esfuerzo activo para estar abiertos a todo el mundo. Además, los procesos participativos son la clave para crear políticas y regulaciones habilitantes que deben reflejar la multiplicidad de personas que están construyendo redes comunitarias en todo el mundo.
Próximos pasos
El programa de tutoría continuará desarrollándose el año próximo mediante tutorías individuales entre las participantes de SPACE y facilitadores/as. Dado que el primer programa de este tipo se llevó a cabo en línea con éxito este año, la iniciativa Redes locales tiene planes de organizar una nueva edición en 2022.
Manténte sintonizado/a! Compartiremos una serie de artículos sobre cómo elaborar regulaciones habilitantes en África, Asia y América Latina desde una perspectiva más inclusiva, diversa y orientada a la comunidad. Si quieres saber más sobre SPACE, activismo de redes comunitarias y otros desarrollos relativos a las iniciativas de conectividad comunitaria, puedes suscribirte a nuestro Boletín mensual sobre redes comunitarias y acceso local aquí.
También puedes conocermás sobre perspectivas feministas e inclusivas de género en relación a las redes comunitarias en la edición especial de GenderIT.org “Infraestructures of Resistance: Community networks hacking the global crisis”(Infraestructuras de resistencia: las redes comunitarias hackean la crisis global).