¿Por qué en la discusión feminista no pueden soslayarse temas que tienen que ver con las injusticias sociales y económicas, los ataques a las democracias, el avance de los fundamentalismos religiosos, los atentados a la diversidad sexual, la falta de oportunidades para el avance económico de las mujeres, entre otros? La sesión inaugural del Foro de AWID permitió escuchar las opiniones y el posicionamiento de mujeres e integrantes de los movimientos LGBT y queer de distintas regiones del mundo que hablaron sobre las fortalezas y los desafíos del movimiento de mujeres en países donde la violencia de género asoma en situaciones inesperadas.
Al resaltar la imagen del hombre guerrero y defensor de su pueblo y de su familia, al apoyar gobiernos militares como los únicos posibles ante el debilitamiento de los partidos políticos, al permitir que el fundamentalismo religioso continúe sometiendo a las mujeres a roles secundarios en la familia y en la sociedad, las sociedades silencian y limitan los derechos de las mujeres y les impiden participar plenamente del debate político y social. Y cuando lo hacen, el riesgo de ser “disciplinadas” con cárcel y confinamientos es grande, como también el de ser aisladas socialmente por su militancia.
Miriam Miranda, del movimiento de mujeres de raza negra de Honduras y Noelene Nabulivou, de DIVA con sede en las Islas Fiji hablaron sobre la lucha feminista ante el cambio climático, el calentamiento global, los mares repletos de deshechos tóxicos y no degradables, y la proliferación del monocultivo que promete “desarrollo” sin tener en cuenta que suplanta y encarece alimentos básicos de la canasta familiar local. Debido a su concientización y protestas, las mujeres ambientalistas ya son blanco de ataques, persecución y hostigamiento, lo que pone en riesgo su activismo.
La comunidad LGBT y queer también atraviesa momentos difíciles por la acción de los fundamentalismos religiosos e ideológicos. Si en un país se ensalza la imagen del hombre guerrero como único modelo de masculinidad, se deja afuera a los/las que por su condición sexual no cumplen con este parámetro y comienzan a sufrir ostracismo, detenciones y maltratos. Muchas veces esto es refrendado por las confesiones religiosas, que al menos en este tema coinciden para hacer valer su control social.
La militancia de las mujeres por la democratización de sus sociedades también cae bajo el control patriarcal. El testimonio de Yara Sallam, de la Iniciativa Egipcia por los Derechos Personales, quien fue detenida en una marcha de protesta pacífica, juzgada y encarcelada, es una demostración de que al menor cuestionamiento las mujeres pueden ser blanco de severas sanciones. El caso de Yara Sallam convocó a la solidaridad feminista en todo el mundo hasta que finalmente fue liberada.
Que algo más de 1800 personas, de distintas partes del mundo, estuvieran participando del plenario emocionó a los/las panelistas que sintieron que sus voces podían replicarse en las redes sociales, blogs y otros sitios de internet como testimonio de que los “Futuros Feministas”, tal la convocatoria del Foro de AWID, abre un debate comprometido con cuestiones políticas e ideológicas que no pueden quedar sin respuesta.