Participar en este evento me permitió visualizar experiencias de otros países en campos como ser el desarrollo e instalación de infraestructura y aspectos técnicos; relaciones diplomáticas sobre sociedad de la información y gobernanza de internet; ampliación de las relaciones y acuerdos de cooperación interinstitucional.
Considerando que mi trabajo en Bolivia está centrado en el apoyo psicológico, educativo y preventivo sobre la violencia digital dirigido maestros, padres, madres, adolescentes y familias, he logrado articular experiencias de otros países y organizaciones similares.
Desde la Fundación REDES compartimos nuestra experiencia en torno al desarrollo de una co-responsabilidad que todas las personas tenemos en el ejercicio de los derechos en internet.
Personal y profesionalmente, mi participación en el FGI me permitió ver que muchas personas y organizaciones están centradas en la promoción del acceso a internet.
También reforcé mi enfoque respecto a la importancia de esclarecer cuáles son las condiciones psicológicas, sociales, culturales de las personas que acceden a este servicio. Considero que es importante poner énfasis en la comprensión social de este mundo virtual y dar a conocer los peligros a los cuales se pueden exponer (vulneración de los derechos en internet). Los usos sociales de internet muestran que muchas personas no tienen orientación en el uso de la información digital. Es importante promover el acceso a la información y formación individual en línea, lo que significa que las personas tienen que acceder a procesos de educación digital, con un alto grado de participación e involucramiento de las familias, hoy ausentes en la mayoría de los procesos de inclusión digital.
Desde la perspectiva psicológica, confronté diversas realidades sobre la brecha generacional en el uso de la información digital para el desarrollo. Desde nuestra experiencia nacional, observamos que muchos padres y madres se encuentran ocupados trabajando, los maestros tienen dificultades para manejar la tecnología y las nuevas generaciones ingresan a internet sin orientación, lo que desencadena en una serie de “comportamientos de riesgo digital”, identificados por Fundación REDES desde el año 2010. Nuestras investigaciones reconocen hábitos que configuran “consumidores en línea” de información y contenidos inadecuados para el desarrollo psico-emocional, lo que a largo plazo desencadena en otro tipo de problemas sociales como es el bajo rendimiento escolar. Estamos experimentando casos como adicción a la pornografía y a juegos, que afectan a las familias en el campo de las relaciones afectivas, en sus economías y sociales. Hay poco cuidado de la imagen personal, por la falta de una noción clara de lo que significa el ejercicio de derechos, lo que deberíamos tener en cuenta al promover el acceso a internet “sin educación”.
Hemos identificado grandes brechas entre el acceso masivo a internet y la identificación y denuncia de casos de violencia digital. En varios países existen dificultades para realizar denuncias sobre estos casos. Estamos produciendo un material para la “Atención pericial de víctimas de violencia digital” y desarrollando experiencias de denuncia e investigación policial y pericial a través de la coordinación con peritos informáticos, abogados y policías.
Me ha quedado un vacío en algunos aspectos profesionales, como el abordar los impactos de la violencia digital en población infanto-juvenil y su relación con temas de salud mental y salud pública. Es importante combinar las políticas de acceso e inclusión digital, con la posibilidad de sobre exposición a contenidos inadecuados. En muchos casos, este acceso se realiza de manera poco crítica, generando irresponsabilidad social en el cuidado y protección los derechos de niños/as y adolescentes. En Bolivia, identificamos un incremento exponencial en temas de violencia contra niños/as, que derivan de este acceso sin tutoría familiar y orientado al consumo.
Cuando ejercemos los derechos también tenemos que aprender a respetar los derechos de los demás sobre todo cuando tenemos una colectividad que existe en torno a todos y cada uno de nosotros. No podemos enfocar el ejercicio de los derechos sin la base fundamental del respeto por el otro. Para que esto suceda debemos enfocarnos en las nuevas generaciones que están creciendo sin una orientación clara en este campo. Este es uno de los trabajos que viene desarrollando la Fundación REDES a través de los talleres “Prevención de la violencia digital en la escuela”, en cuyos contenidos hemos logrado engranar conceptos sociológicos, psicológicos y de ejercicio de derechos, para el uso de la tecnología en temas de desarrollo humano. Al descubrirnos como seres humanos con sentimientos y emociones capaces de cuidarnos a nosotros y a los demás, estaremos, al mismo tiempo, estimulando el desarrollo de sentimientos de solidaridad y colaboración. Aprender a ser respetuosos y más sensibles del cuidado de nuestro entorno es un tema fundamental de salud pública y mental.
Algunas observaciones sobre los espacios en el FGI
Creo importante crear espacios un poco más flexibles en cuanto a tiempos, y tal vez sea importante planificar las temáticas con anterioridad y que las personas podamos recibir información condensada de forma tal que podamos mandar preguntas, comentarios y propuestas antes del encuentro.
Finalmente, la organización, los espacios y eventos planificados en el FGI se desarrollaron dentro lo planificado. Pero por otro lado, soy latinoamericana y mi idioma es el español. Me hubiera gustado que existieran traductores en todas las salas ya que de alguna manera eso limitó mi participación en algunos de los talleres.