APC fue creada por siete organizaciones fundadoras en 1990 como una red internacional basada en membresía. Los miembros, integrantes de los movimientos defensores de la justicia social, laboral, los derechos humanos, el ambiente y la paz, trabajaban con ONG y activistas líderes en todo el mundo para generar contenidos, compartir información, trabajar en red y movilizar a las redes emergentes en el área de la información y la comunicación electrónica. Durante este período fundacional, APC tenía una red fuerte y extensa de socios en el Sur global, todos igualmente pioneros en la creación de ese tipo de redes en sus respectivos países.
Durante su primera década, APC tuvo un papel clave en cuanto a su trabajo con socios para crear infraestructuras de comunicación en el Sur global y conectar a las ONG y los/as activistas entre sí tanto a nivel nacional, como regional e internacional. Durante la década de 1990, APC trabajó estrechamente ligada a la Organización de Naciones Unidas (ONU) para brindar comunicaciones electrónicas a varias conferencias de la ONU, entre las cuales se incluye la Cumbre de la Tierra de 1992 (sobre Ambiente y Desarrollo), la Conferencia Mundial sobre los Derechos Humanos (1993), la Cumbre Mundial para el Desarrollo (1995) y la Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres (1995).
La Cumbre de la Tierra, en 1992, junto con los compromisos obligatorios que asumieron los gobiernos y que se incorporaron en la “Agenda 21”, sirvieron como plataforma de acción continua y sostenida para activistas tanto a nivel nacional como regional e internacional. APC apoyó en ese momento al movimiento ambientalista, uno de los primeros en adoptar la comunicación por computador, y se dedicó al activismo político estrechamente ligada a ese movimiento durante toda esa década.
APC estuvo comprometida con la sustentabilidad ambiental desde el principio y esta ha sido un punto clave en sus planes estratégicos, de diversas formas, desde 2004. Incluso en momentos en los que no contaba con recursos para dedicarse a trabajar en esa área, la sustentabilidad ambiental siguió formando parte de la sensibilidad y el ánalisis general de APC.
La Cuarta Conferencia Mundial sobre las Mujeres fue un proceso muysignificativo para APC. Las mujeres que trabajaban en las organizaciones miembro y que ya estaban trabajando en el nexo existente entre las TIC y la igualdad de género se dieron cuenta de que el proceso preparatorio de dos años (implementado en todas las regiones del mundo) constituía una oportunidad para construir una red internacional de organizaciones de mujeres que trabajaran juntas en línea, con el apoyo del Programa de Apoyo a las Redes de Mujeres (PARM) de APC. El PARM, fundado en 1993, pasó a liderar el activismo en defensa de los derechos de las mujeres, igualdad de género y TIC durante las décadas de 1990 y 2000, y su liderazgo de vanguardia se extiende hasta hoy, aunque ha sido renombrado como Programa de derechos de las mujeres (PDM).
Estas primeras redes de información y comunicación ayudaron a extender el acceso a la información de sus participantes, sobre todo de las ONG de base1. Además, promovieron el vínculo entre el movimiento ambientalista, la comunidad de desarrolladores/as y los movimientos defensores de los derechos humanos y de las mujeres a lo largo y ancho mundo
Durante su segunda década, el foco colectivo de APC cambió: de la creación de soluciones de conectividad y la facilitación del acceso a internet a trabajar en pos de la visión de que todas las personas tengan un acceso fácil y asequible a una internet libre y abierta, con el fin de mejorar sus vidas y crear un mundo más justo. La red se enfocó en crear y fortalecer el uso estratégico de internet por parte de las comunidades, abogando por un acceso “significativo”, además de monitorear y evaluar las áreas claves que estaban definiendo el desarrollo y la evolución de las redes emergentes de TIC e internet. APC criticó la exclusión de la mayoría de las personas de los países en desarrollo y la concentración de la propiedad y el control de las TIC,2 además de plantear la necesidad de elaborar un marco basado en derechos humanos que se aplique al uso, el desarrollo y la evolución de internet.
En ese momento, el uso que las ONG y activistas le estaban dando a internet para desafiar las desigualdades estructurales y de poder ya no pasaba desapercibido entre los gobiernos y el sector privado. Las primeras instancias de violación de derechos humanos en línea se remontan a fines de la década de 1990 y en ese momento comenzó el trabajo de APC en defensa de los derechos humanos en línea, que quedó establecido en la Carta de derechos en internet de APC, desarrollada en el año 2000.3
APC adoptó activamente un marco de derechos humanos al poner el foco en el derecho de las personas a participar en las decisiones que las afectan y en su acceso a derechos. También a través del trabajo de responsabilizar a los gobiernos de la promoción, protección, respeto y goce de los derechos humanos, y promoviendo que también los respeten las empresas privadas. Además, aplicó el marco de derechos humanos al trabajo contra la discriminación y en pos de la igualdad, el empoderamiento y el apoyo a las personas para que puedan conocer sus derechos, reclamarlos y tengan la capacidad para hacerlo. APC es reconocida por haber integrado los derechos humanos, la gobernanza inclusiva y responsable y la igualdad de género a su trabajo en el área de TIC para el desarrollo.
Durante la década de 2000, el trabajo de APC en los planos nacional, regional y global incorporó estrategias y campañas de activismo político significativas en torno de su Carta de derechos en internet. El Foro Social Mundial, la Cumbre Social sobre la Sociedad de la Información (CSMI)4 y el Foro de Gobernanza de Internet fueron los principales procesos políticos en los que APC se involucró. Nuestra organización fue una de las principales organizadoras y facilitadoras de las redes de organizaciones de la sociedad civil durante ese período.
A mediados de la década de 2000, el Programa de Derechos de las Mujeres inició el activismo contra la violencia de género en línea. Este trabajo tomó cuerpo en el plan estratégico de ese momento, en el activismo político, a través de la innovadora campaña ¡Dominemos la tecnología! y se integró en el trabajo de APC para aprovechar el nuevo Consejo de Derechos Humanos de la ONU como un nuevo espacio político donde luchar por que el reconocimiento de los derechos humanos en línea fuera el mismofuera de línea.
En su tercera década de vida, el activismo para que los “derechos de internet” se reconocieran como derechos humanos se convirtió en la estrategia central del trabajo de APC. El activismo político en la Conferencia de derechos humanos, el FGI, la CMSI y otros espacios se basaron en la investigación, el conocimiento, la experiencia y los testimonios generados mediante una serie de proyectos, entre ellos, las campañas: Los derechos de internet son derechos humanos, EROTICS (explorar y extender el trabajo de los/as activistas por los derechos sexuales y digitales) y las campañas ¡Dominemos la tecnología!, Connecting your Rights (avanzar en los derechos de internet como forma de lograr avances en los derechos económicos, sociales y culturales), IMPACT (Activismo por el cambio a través de la tecnología en India, Malasia y Pakistán), y CHALLENGE (Desafiar las narrativas del odio y las violaciones de la libertad religiosa y de expresión en Asia). En su trabajo con socios y aliados, APC logró incidir en dos resoluciones importantes de la Conferencia sobre Derechos Humanos: el reconocimiento de que “los mismos derechos que tienen las personas fuera de línea deben respetarse en línea” (adoptado por primera vez en 2012) y el reconocimiento de que la violencia de género en línea constituye una violación de derechos (2018).
El trabajo que realizó el PDM en torno a la violencia de género en línea durante la primera década de 2000, informado por un análisis feminista y basado en los derechos de las mujeres, promovió el desarrollo de una visión completamente nueva de internet que se convirtió en uno de los pilares principales del trabajo actual de APC. Durante los últimos 10 años, ese trabajo, junto con la adopción de las perspectivas de activistas que trabajan en el área de derechos sexuales, de salud reproductiva y de las personas queer generaron un enfoque interseccional que tomó forma en los Principios Feministas de Internet (PFI).5 Los PFI colocan en un primer plano los aspectos políticos de internet y son una manera muy poderosa de involucrarse en internet y otras tecnologías para actores con un amplio abanico de intereses.
A medida que avanzamos hacia el fin de la tercera década de APC, parte de nuestro trabajo ha cumplido su ciclo. Citando a un miembro del Consejo, “APC conectó a los/as primeros/as y ahora está conectando a los/as últimos/as”. La iniciativa Conectar lo no conectado se basa en la experiencia de iniciativas comunitarias de conectividad y en la trayectoria de APC en análisis de género y marcos colaborativos para cambiar políticas y regulaciones, e implementar un marco de derechos para crear redes, facilitar el apoyo entre pares y el desarrollo de capacidades.
A medida que avanzamos hacia nuestra cuarta década, se vuelve urgente movilizar el poder colectivo de las redes y movimientos sociales para responder a la crisis ambiental a la que contribuimos todos/as y de la cual debemoshacernos responsables. Es crucial contrarrestar el poder corporativo, desafiar y prevenir la violencia y losabuso estatales y no estatales, responder a la intensificación de los ataques contra los derechos humanos y el uso de las plataformas sociales y otras tecnologías digitales como armamento, y frenar el constante debilitamiento de los espacios cívicos, los procesos y las instituciones democráticas.