En 1997, la población beninesa estaba muy bien dispuesta frente a la llegada de los teléfonos celulares, conocidos en la zona como GSM (la sigla en inglés de Sistema Global para la Comunicación Móvil, un estándar específico de telefonía celular). El teléfono fijo no estaba tan difundido, debido a la carencia de ancho de banda y de tecnología adecuada para hacer posible el volumen de conexiones necesarias en Benín. El celular era entonces la respuesta perfecta, y los/as consumidores/as benineses/as se acercaron rápidamente a este nuevo producto. Los altos funcionarios del gobierno y los empresarios del país entablaron vínculos que se caracterizaron por contratos vagos y explotación ilícita de frecuencias, lo que permitió la creación de numerosos operadores de GSM. En ese momento, los cinco operadores de GSM activos en Benín que surgieron de la Adminstración de Correos y Telecomunicacione son: Libercom, Telécel Benín (que se convirtió en MOOV Benín), Areeba,que luego pasó a ser MTN-, BB Com, y por último, GLOBACOM.
Está claro que el gobierno permitió la creación de todos esos operadores, ¿pero cómo fue que pudieron entrar y permanecer en este mercado saturado? La respuesta es simple: los amigos del régimen Kérékou no tenían que pagar licencia para operar y a 700 francos (USD 1,50) la comunicación, y 40000 francos (USD 85) la tarjeta SIM, los operadores de GSM dominaban el escenario de las telecomunicaciones, en tanto los/as consumidores/as benineses/as no podían ejercer su poder de compra.
Como la decisión estaba entre el malo y el peor, ¿qué podía elegir la población? Para vender más, los operadores tuvieron que hallar una estrategia de estímulo al consumo. En primer lugar, bajaron el precio de las tarjetas SIM: de 40000 francos (USD 85) a 35000 (USD 75) y luego a 30000 (USD 64). La tarjeta SIM más cara pasa a venderse a 2000 francos (USD 4,5), y así sucesivamente. ¿Pero cómo elegir operador? La estrategia de comercialización desarrollada entonces por las empresas GSM consistió en ofrecer precios reducidos para las comunicaciones realizadas dentro de su propia red: cada red ofrecía (y sigue ofreciendo) distintos servicios y abonos dentro de su red, de manera que hoy en día las personas pueden conseguir reducciones de hasta un 95 por ciento (por MTN Zone). Por eso es comprensible que las personas tengan hasta cinco tarjetas SIM distintas.
Conectados pero no interconectados
Con tantas tarjetas, sin duda que hoy los/as benineses/as están conectados/as, ¿pero hasta qué punto lo están realmente, si tienen que cambiar todo el tiempo la tarjeta SIM? Esto complica un proceso que debería ser simple. Algunos/as poseen teléfonos que permiten la utilización simultánea de dos tarjetas SIM, pero la mayoría tiene que cambiar de tarjeta cada vez. Con una demanda de telecomunicaciones tan alta, si impone una pregunta: “¿por qué los operadores GSM todavía no están interconectados?”. Según Barnabé Affougnon, Secretario General de la ONG ORIDEV, Director de la Agencia CréACTION y especialista en telecomunicaciones de Benín, es complicado conectar dos redes y llegar a la población con precios no tan caros. Este especialista explica que “eso no le conviene a los operadores, porque si se interconectaran la competencia dejaría de existir. La interconexión traería una uniformización de los precios y la eliminación de la competencia, y por ende una disminución de las ganancias. Affougnon nos explica que, además, es una cuestión de prioridades: “el Estado simplemente no da prioridad a este tema”.
Así y todo, desde la entrada en funciones del nuevo presidente de la república, Yani Boni, ha habido “muchísimos avances” en el sector de las telecomunicaciones, empezando por la uniformización (o casi) de los precios relacionados con los SMS o mensajes de texto, que ahora cuestan alrededor de 50 francos (0,11 USD) cada uno. Es un primer paso prometedor. Hasta 2005 la República de Benín era uno de los únicos países que no contaba con una autoridad regulatoria del correo y las telecomunicaciones (ATRPT por su sigla en inglés). El nuevo gobierno creó una autoridad transitoria para que cumpliera la función de policía. Ésta viene realizando una enorme tarea para reglamentar y sanear el sector. Estudios realizados por la nueva autoridad demostraron también hasta qué punto se abusaba de los consumidores en este país. En primer lugar, la ATRPT llamó la atención de los operadores GSM sobre la necesidad de respetar la duración de las llamadas a la hora de la facturación y terminaron con los redondeos (por ejemplo, las comunicaciones que duraban 1 minuto y 15 segundos se facturaban como de dos). . El siguiente paso fue reglamentar el precio de las tarjetas SIM, que en los países vecinos estaban a 2000 francos ; éstas sufrieron una caída de 30000 francos y hoy se ofrecen a precios muy accesibles. Pero según nos explica Affougnon, a pesar de las mejoras sigue habiendo graves vacíos a nivel constitucional y legal (leyes obsoletas) e institucional (el estatuto legal de los organismos reguladores). Asimismo, el gobierno ejerce aún excesiva influencia sobre una autoridad que debería ser autónoma. Por otro lado, las asociaciones de consumidores/as siguen divididas.
Es indudable que las telecomunicaciones han ofrecido buenas oportunidades en Benín, sobre todo en la tecnología GSM, y en la actualidad la comunicación por celular es más accesible que nunca, aunque resta aún mucho trabajo por hacer (sobre todo en lo referente a internet). El costo de la fibra óptica cae, pero los/as consumidores/as benineses/as no se benefician con el desarrollo de esta tecnología. El cable de fibra óptica SAT3, seriamente dañado por una excesiva utilización en el norte del continente, atraviesa el norte de Benín y conecta a los países vecinos de Níger, Togo y Burkina Faso, que cuentan con una buena conexión. Esto quiere decir que ellos aprovechan un servicio al que la población beninesa no tienen acceso. Pero hay una esperanza: si bien es lenta (512 megabits), la conexión a internet experimentó una impresionante reducción de su precio con el nuevo gobierno. Hace cuatro o cinco años, internet era verdaderamente un lujo exclusivo de la élite, con un costo exorbitante de 5000 francos (USD 11) la hora, mientras que hoy cuesta tan sólo 300 francos (USD 0,65) la hora: “¡era doloroso!”, exclama Affougnon, que además es propietario de un cibercafé en Cotonou.
Hacia una normativización de las telecomunicaciones
La reforma de las telecomunicaciones en Benín está recién en sus comienzos,pero es importante garantizar su continuidad. Affougnon sostiene, apremiante, que “hay que sensibilizar a la población. [Los/as benineses/as] deben saber lo que pueden lograr con las TIC”. Pero no será tarea fácil. “Hay que sensibilizar a los/as que toman las decisiones políticas, pero si lo hacemos, el Estado puede llegar a perder dinero”, explica. Y utiliza el ejemplo deSkype, un proveedor de servicios de telefonía por internet (VoIP):, ¿qué pasaría con la demanda de celulares, si el grueso de la población empezara a usar Skype?
A falta de algún grupo local que la concientice, la población debe sufrir en silencio y sigue sometida a las decisiones del gobierno. Pero la campaña para las elecciones 2011 ya empezó, y sería del interés del actual gobierno hacer lo necesario para liberar a la población de la cárcel de los GSM. De hacerlo, seguramente seducirán al electorado.
Este artículo fue escrito por APC en el marco del proyecto CICEWA, con el objetivo de promover la defensa de un acceso costeable a las TIC para todos. CICEWA se propone definir los obstáculos políticos que impiden el acceso costeable a la infraestructura de las TIC en África, reclamar su eliminación y así poder crear una plataforma sólida para la conectividad subregional en África del Este, del Oeste y Central.
Foto: Whiteafrican. Utilizada bajo licencia Creative Commons 2.0.