En el área de las telecomunicaciones, en Brasil se están fabricando equipos que pueden competir en precio y en calidad con la tecnología china. Sin embargo, tanto en la periferia de las grandes ciudades como en zonas poco pobladas, la población no puede acceder a conexiones de internet de alta velocidad. La distribución del espectro (ondas electromagnéticas utilizadas para la transmisión de datos utilizadas por electrodomésticos, radio, televisión y, más recientemente, internet) es uno de los factores que está incidiendo en esta situación. ¿Cómo? El gobierno está apostando a llevar fibra óptica de gran velocidad a las principales ciudades, y a través del espectro radioléctrico estas conexiones llegarían a zonas más aisladas, tanto en áreas rurales como en la periferia de las grandes ciudades.
¿Quién regula el espectro?
Luego del proceso de privatización que afectó a las principales empresas estatales brasileñas en la década del 90, se creó un organismo independiente para regular los servicios de telecomunicaciones: la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (ANATEL). Una de las competencias de ANATEL es, justamente, la asignación del espectro.
“El problema es que, políticamente, ANATEL no es neutra”, sostiene Carlos Afonso, del miembro de APC NUPEF y coautor de la investigación coordinada por APC sobre el tema que incluye documentos de síntesis e informes nacionales de India, Kenia, Nigeria y Sudáfrica.
Si bien existen disposiciones legales para asegurar la transparencia en la asignación de las frecuencias del espectro, “en el momento de las decisiones ANATEL es favorable a las grandes operadoras de telecomunicaciones”, puntualiza Afonso. Estos grandes grupos económicos compran paquetes de frecuencias y luego, por razones de mercado, dejan varios rangos sin utilizar.
Aunque ANATEL tiene las potestades legales para recuperar estas licencias, en los hechos este tipo de prácticas no se están fiscalizando. Esto afecta especialmente a los operadores locales, a quienes les resulta imposible competir con los grupos económicos que están en condiciones de hacer ofertas más tentadoras.
Conexiones de alta velocidad
Mientras tanto, el plan nacional de banda ancha que busca aprovechar frecuencias de bajo alcance que están liberadas y funcionan a nivel local. Se trata de universalizar las conexiones dorsales (backbones), es decir que haya puntos de presencia con fibra óptica de alta velocidad en todas las grandes ciudades, y que esta señal llegue por aire a todas las localidades. Se abren así infinitas oportunidades para iniciativas locales, tanto comerciales como comunitarias.
Por ejemplo, en el municipio de Santarém (nordeste brasileño) una organización local está investigando la posibilidad de crear una red de teléfonos celulares libre utilizando estos puntos de conexión. Actualmente los costos prohibitivos de los operadores inviabilizan negocios de este tipo.
Como podría suponerse, las grandes empresas no están viendo con muy buenos ojos este ambicioso plan del gobierno brasileño. “Hoy en día las grandes empresas no están prestando servicios a muchísimas zonas, están haciéndolo con pésima calidad o con un costo altísimo”, afirma Afonso. Cuando se finalice el plan el mercado va a abrirse de hecho. “Están haciendo todo para que Telebras, la empresa del estado que está llevando a cabo el plan, no pueda comprar los equipos”, agrega.
La era digital: llegar más lejos
La geografía de Brasil hace que muchas veces las frecuencias locales sean insuficientes para llegar a municipios con baja densidad de población, que queda automáticamente excluida. La migración digital de la transmisión de ondas televisivas va a liberar frecuencias de alto alcance que pueden abarcar distancias más grandes – pero la regulación para liberar esas frecuencias aún no está definida. Esta es una oportunidad que ANATEL debería aprovechar para promover iniciativas de espectro abierto (es decir, con licencias libres) y generar así más oportunidades de negocios y comunitarias, explicó Afonso.
Las radios comunitarias: una deuda pendiente
En cuanto a la radio, la digitalización podría permitir regularizar la situación de las radios comunitarias. Actualmente el trámite para obtener la licencia de una radio comunitaria lleva más de siete años. El resultado es que la mayoría opera clandestinamente, muchas veces interfiriendo con otro tipo de frecuencias (como las utilizadas para la aviación). Si la regulación acompaña este proceso y promueve estas formas de comunicación alternativas, nuevas y mejores vías de comunicación estarán al alcance de todos los brasileños y brasileñas.
Este artículo fue escrito como parte del trabajo de APC en espectro para el desarrollo, una iniciativa que busca difundir temas de regulación del espectro mediante el análisis de la situación en África, Asia y América Latina.
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