Una vez pasada la ráfaga inicial de proyectos de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para el desarrollo en las zonas rurales de África, muchos no dieron los resultados esperados y el interés está decayendo. Se empezó a hablar entonces de proyectos de “TIC sustentables”, lo que significa iniciativas que pasan a ser autosuficientes luego de una inversión inicial por parte de algún organismo financiador y al término del período de instalación. Pero con la popularidad que está teniendo el uso de teléfonos móviles, se está empezando a cuestionar la necesidad de otras TIC que no sea la telefonía celular.
Aunque la telefonía móvil ha tenido un impacto indiscutible en las zonas rurales, un nuevo estudio encargado por APC a Ian Howard se basa en dos estudios de casos para argumentar que aún existe la necesidad de contar con telecentros y conexiones accesibles a internet. De acuerdo con Howard estos centros responden a las necesidades de las zonas rurales y de algunos nichos de mercado de una forma en que las grandes empresas de telecomunicaciones no pueden hacerlo.
¿Qué son las TIC sustentables?
A principios de los años 90 el uso de las TIC para el trabajo internacional de desarrollo aumentó de manera considerable. La expansión se debió en parte a la disponibilidad y asequibilidad de los equipos de TIC, la simplificación del uso de los equipos y del apoyo disponible, un mayor acceso a la energía eléctrica, internet a precios más asequibles y el uso creciente de las TIC por parte de los financiadores y las propias ONG. Varios estudios del Banco Mundial y otras organizaciones afirmaban también la importancia del acceso a la información para el bienestar social y la salud, además de insistir en la preponderancia del rol de la comunicación para el desarrollo económico. En 2004, casi todos los donantes y las ONG participaban en alguna iniciativa de TIC para el desarrollo.
Lamentablemente, el interés ha ido disminuyendo desde entonces porque muchos proyectos fueron mal ejecutados. Esto sucedió por diversas razones: limitada aceptación local, modelos económicos erróneos, capacitación inefectiva y uso de equipos inadecuados. Desde la perspectiva de los financiadores el fracaso más importante de las iniciativas de TIC para el desarrollo fue la incapacidad de los centros para persistir sin su permanente intervención y apoyo financiero. En otras palabras, no eran sustentables.
En cuanto a las TIC para el desarrollo rural, la expresión “sustentabilidad” se usa en el sector del desarrollo internacional para referirse a la capacidad para mantener el funcionamiento de las iniciativas más allá del período de intervención. Se mide sobre todo en base a la capacidad de seguir siendo viables económicamente y al mismo tiempo brindar un beneficio social. Por lo tanto, una iniciativa ideal de TIC requiere un breve período de incubación, y luego puede seguir funcionando en manos de actores locales.
Esas intervenciones de corto plazo no son adecuadas para las iniciativas de TIC que requieren un apoyo operativo sostenido tanto en términos de asesoramiento como de fondos. En consecuencia, una vez que se termina la financiación de estos proyectos se los supuestos iniciales de que las comunidades localess se apropiarían y asumirían responsabilidad de las iniciativas resultaron infundados. Muchos telecentros y “microempresas de telecomunicaciones” rurales ya no existen, o sólo brindan parte de los servicios que solían dar.
Internet versus telefonía móvil: ¿son sustentables las TIC rurales?
Mientras que muchas iniciativas rurales de TIC para el desarrollo no produjeron los resultados esperados la telefonía móvil, por su parte, ha estado rondando como la luz de un faro, sobre todo en el continente africano. Numerosos sitios que carecen de infraestructura de telecomunicaciones, como las zonas rurales de República democrática de Congo, tienen ahora una creciente serie de redes de telefonía móvil. Este éxito ha sido el resultado de grandes cambios políticos y nuevas tecnologías con gran capacidad de adaptación.
El discurso más aceptado hoy sugiere que no es necesario hacer esfuerzos relativos a las TIC en las zonas rurales, ya que los teléfonos móviles son suficientes. Como varios proyectos de internet rural han fracasado y las redes de telefonía móvil siguen floreciendo, muchos financiadores abandonaron sus esfuerzos de fomento de las TIC en las zonas rurales, dejando estos aspectos en manos de las empresas de telefonía móvil. Si bien esta decisión tiene sus méritos, es un poco ingenua. El fracaso de los proyectos rurales de TIC para el desarrollo no se debió a su falta de utilidad, como se dijo antes, sino a problemas en el diseño o implementación. Por lo tanto, se puede decir que aún se necesita un desarrollo de TIC rurales más allá de los teléfonos celulares: el desafío consiste en lograr que ese desarrollo sea capaz de sostenerse autónomamente.
Si bien la telefonía celular puede tener un gran impacto en la vida de las personas que viven en zonas rurales de los países pobres menos desarrollados, en particular, las iniciativas de TIC que trabajan con las comunidades de base pueden llenar el vacío que las grandes compañías de telefonía móvil no cubren. Estas nuevas infraestructuras de telefonía móvil pertenecen, en su mayoría, a oligopolios que se protegen de la competencia estableciendo licencias a precios muy altos y al reservarse la asignación de espectro. Aunque es cierto que le brindan servicio a un amplio segmento de la población y ofrecen una importante base para las TIC, están muy centralizadas y son jerárquicas, por lo que rara vez sirven a los segmentos más pequeños, de regiones alejadas, o menos convencionales; y tampoco pueden brindar soluciones locales o rurales específicas. Esta brecha ofrece una multitud de oportunidades en TIC para el desarrollo, sobre todo en los mercados rurales más pequeños.
A pesar de que la telefonía móvil constituye una herramienta eficaz para un intercambio básico de información y comunicación, sigue presente la necesidad de un desarrollo de las TIC a nivel de las comunidades de base. Las soluciones de telefonía móvil son verticales mientras que las TIC e internet son más democráticas y pueden atender mejor los mercados más pequeños y a nichos particulares de mercado. Así, es probable que la necesidad de una intervención permanente en las TIC para el desarrollo sea ahora más fuerte que antes. Sin embargo, la pregunta sigue siendo si las iniciativas de TIC rurales son sustentables.
¿Existe todavía la necesidad de las conexiones inalámbricas?
La ilusión de muchos era que las redes inalámbricas constituirían la innovación que destronaría a los operadores. Eso no sucedió del modo que se había previsto, pero en los países donde están permitidas las redes inalámbricas, incentivaron la demanda y obligaron a los operadores a responder.
A medida que los teléfonos con conexión a internet se vuelvan cada vez más comunes, lo mismo sucederá con la demanda de un acceso a internet a través de estos teléfonos y otras aplicaciones de internet. Esto se desarrollará con mayor lentitud en los mercados más pequeños, sobre todo en los que los operadores tienen pocos incentivos para ofrecer esos servicios menos rentables. Es así como aún se requiere el desarrollo de una infraestructura autónoma para responder a las necesidades de las comunidades rurales. Habrá que desarrollar también redes que reúnan datos e información local, regional y nacional. Ello garantizará un acceso más extendido, más barato y más fácil a la información de interés para la gente que vive en esas regiones. Pero para que la información esté disponible, debe antes generarse: de ello deriva la importancia de los telecentros.
El papel de las ONG y financiadores, desde la perspectiva del libre mercado, consiste en intervenir cuando hay fracasos. Dado que es probable que el desarrollo de estos datos y esta información más locales sea mayoritariamente no comercial, requerirá de apoyo a fin de evitar que sea víctima de los fracasos de mercado.
En su informe “Observations on sustaining rural connectivity initiatives in lesser developed markets” (Observaciones sobre cómo mantener las iniciativas de conectividad rural en los mercados menos desarrollados), Ian Howard examina el caso de dos comunidades rurales de Tanzania que ejemplifican el uso sustentable de las TIC y justifican la necesidad de conectividad inalámbrica en esas zonas remotas. El estudio muestra cómo construir una serie de TIC rurales más sustentables y reúne observaciones y comentarios tanto para los encargados y encargadas de implementarlas como para organismos financiadores.
Este artículo fue tomado de Unbounded possibilities: Observations on sustaining rural ICTs in Africa (Observaciones sobre cómo mantener las iniciativas de conectividad rural en los mercados menos desarrollados), de Ian Howard, para APC.
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Fotos: todas las fotos son de Ian Howard