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La campaña “Actúa para poner fin a la violencia de género en Facebook”, o campaña #fbrape, a la que adhirió el Programa de derechos de las mujeres de APC, desencadenó interesantes, oportunos y necesarios debates sobre libertad de expresión, censura, privacidad y responsabilidad de intermediarios. Lee al respecto la colección de Conversaciones Feministas en GenderIT.org, que reflejan algunas de las principales discusiones alrededor de esos temas candentes.

#fbrape tiene que ver con el discurso de odio de género, y no con la censura por Chat Garcia Ramilo

El 21 de mayo, más de un centenar de organizaciones lideradas por Women, Action & the Media, la periodista Soraya Chemaly y el Proyecto “Everyday Sexism” iniciaron una campaña de acciones con el objetivo de poner fin a la violencia de género en Facebook. Antes de una semana, Facebook aceptó las debilidades y las fallas de la implementación de sus políticas y sus propias normas comunitarias y se comprometió a tomar medidas para mejorar su política de contenidos a fin de identificar y eliminar de su plataforma los contenidos que denoten violencia de género. El Programa de derechos de las mujeres de APC y la campaña ¡Dominemos la tecnología! celebramos este éxito sin precedentes junto con los/as otros/as firmantes y partidarios/as de la Carta abierta a Facebook. Pero no todas las personas que defienden la libertad de expresión en internet celebraron con nosotros/as. En un artículo publicado el 30 de mayo, Jillian York, directora de International Freedom of Expression de la Electronic Frontier Foundation (EFF), afirma que Facebook no debería dedicarse a censurar contenido, aunque se trate del discurso del odio. Más >

La falsa paradoja: libertad de expresión y discurso de odio sexista por Margarita Salas

Cuando hablamos de libertad de expresión estamos dentro del paradigma de los derechos humanos. Los derechos humanos son indivisibles, interrelacionados e interdependientes, lo que significa que la mejora de un derecho facilita el avance de los otros y la privación de un derecho afecta negativamente a los demás. Esto también significa que no deben ser jerarquizados, que la libertad de expresión no prevalece sobre el derecho a vivir una vida libre de violencia. También significa que hay límites legítimos a la libertad de expresión, a fin de lograr un equilibrio con otros derechos humanos. Como sociedad, parece que somos capaces de entender esto muy claramente cuando se trata del discurso de odio y el racismo, pero por alguna razón patriarcal, el asunto se convierte en tema de debate cuando hablamos del discurso de odio y el sexismo. Más >

Transparencia y rendición de cuentas: encontrar puntos de acuerdo después de la campaña #fbrape por Shawna Finnegan

En mayo, una coalición de organizaciones de mujeres lideró una campaña que exigió cuentas a Facebook por su política de contenidos. En particular, cómo la empresa encara el discurso de odio y las manifestaciones de violencia de género que comparten sus usuarios/as. En respuesta, algunos/as activistas de la libertad de expresión expresaron su preocupación y sus críticas por el precedente que establecen las demandas de que Facebook elimine el contenido de odio de su sitio. Esto ha estimulado el debate sobre el discurso del odio de género, la interdependencia de los derechos humanos, y el impacto de la cultura sexista en línea. Más >

Imagen por tetsuji0105 .