La violencia hacia las mujeres – en particular, la violencia doméstica – y los niños y niñas no se denuncia demasiado en Camboya, a pesar de tratarse de un problema social creciente que afecta a comunidades enteras. Todas las formas de violencia hacia las mujeres suelen ocurrir bajo un manto de silencio y vergüenza por temor a la estigmatización, así como por un fuerte sentido de la responsabilidad de mantener intacta la reputación familiar. Las relaciones de género tradicionales mantienen a las mujeres en un estatuto más bajo que los hombres y la violencia es una manera socialmente aceptada de resolver conflictos domésticos.
Romper el silencio en 25 pueblos
Sin embargo, la Rural Development Association (RDA), una organización de base sin fines de lucro del oeste de Camboya, trabaja en 25 pueblos con el fin de romper el silencio que mantiene la violencia doméstica como un secreto familiar y convertirlo en un problema que afecta a la comunidad toda, educar a los y las residentes en el tema, y movilizar el apoyo comunitario para denunciar casos de violencia doméstica mediante el uso de la telefonía móvil. Si bien el trabajo empezó recién en noviembre de 2010, luego de que RDA recibiera un pequeño fondo para los ODM3 del Programa de apoyo a las redes de mujeres (PARM) de APC como parte del proyecto ODM3: ¡Dominemos la tecnología! para terminar con la violencia hacia las mujeres realmente tuvo un impacto notorio en la vida de las mujeres y los niños y niñas de los pueblos participantes, así como en la comunidad toda.
Capacitación comunitaria en teléfonos móviles para detener la violencia hacia las mujeres
RDA realizó talleres con mujeres y niñas de cada lugar sobre el uso de la telefonía móvil e Icom (equipos portátiles de radioaficionados) para denunciar incidentes de violenciadoméstica en la seccional policial correspondiente y ante los líderes locales, para poder recibir ayuda. RDA también capacitó a líderes locales, miembros de la comunidad y la policía para que utilizaran los teléfonos móviles a fin de intervenir cuando una mujer o cualquier miembro de la familia denuncia una situación de violencia doméstica.
Ahora hay un sistema por el cual las mujeres pueden denunciar casos de violencia y pedir ayuda. Cada hogar tiene el número de teléfono de la seccional policial que le corresponde. Cuando una mujer es víctima de violencia, ella misma o cualquier otra persona de la familia puede llamar a un/a voluntario/a del pueblo, un vecino/a o pariente que, a su vez, llama a la policía para que intervenga. La persona violenta es llevada ante la policía local y debe pagar una multa, además de firmar un contrato por el cual acepta terminar con su comportamiento violento.
La comunidad entiende ahora que la violencia doméstica es ilegal y debe terminarse
Chan Sinath, directora ejecutiva de RDA, sostiene que los perpetradores – mayoritariamente los maridos – suelen actuar “con más suavidad” al volver a sus hogares. Cuando un hombre vuelve a su casa luego de una visita a la seccional policial “reduce su violencia hacia la mujer” y está más dispuesto a “escuchar y respetar las ideas de su esposa”, explica.
En consecuencia, está empezando a mejorar la autoestima de las mujeres sobrevivientes de violencia, confirmó Chan Sinath. Empiezan a tomar decisiones dentro de la familia y a unirse a actividades con otras mujeres del pueblo, cosas que antes no hacían por miedo a sus maridos.
Los niños y niñas tienen ahora un ambiente familiar más calmo y más respetuoso. Antes, se ocupaban de su madre a raíz de un ataque violento del padre, lo que les impedía ir al colegio, explicó Chan Sinath. Ahora pueden ir al colegio regularmente y concentrarse en sus estudios.
Las relaciones entre vecinos y vecinas, miembros de la familia y líderes de cada poblado también se han fortalecido, a raíz del hecho de que las comunidades se unieron para informar sobre casos de abuso doméstico y luchar contra la violencia hacia las mujeres.
Los miembros de la comunidad entienden ahora que la violencia de género es ilegal y que hay que terminar con ella. Ya no se trata de un asunto privado que hay que mantener oculto, sino que es un problema social que tiene graves consecuencias para la familia y la comunidad.
Pequeños fondos apoyan a usos innovadores de la telefonía celular para campañas de sensibilización y lucha contra la violencia
Las organizaciones sociales, así como los y las activistas por los derechos de las mujeres de Asia y África utilizan cada vez más la telefonía móvil como medio para enviar información y realizar campañas de sensibilización sobre violencia de género y para realizar actividades de incidencia, sobre todo cuando el acceso a internet es limitado.
Los grupos que figuran a continuación son los que han recibido los Pequeños fondos del proyecto ODM3 del PARM de APC con el fin de apoyar proyectos en los que se utiliza la telefonía móvil para luchar contra la violencia de género.
En Uganda, Uganda Media Women’s Association brinda apoyo sicológico a mujeres sobrevivientes de violencia doméstica y les envía información sobre violencia de género por telefonía móvil [en inglés]. Este proyecto brinda acceso a información sobre las causas de la violencia de género a las sobrevivientes, que en general no tenían acceso a ella.
En Sudáfrica, Justice and Women ha creado un sistema de monitoreo y respuesta utilizando una herramienta de mensajería de telefonía móvil en tres zonas rurales [link en inglés]. Este proyecto habilita a las mujeres a tener un mejor acceso a la información y suministra servicios a las víctimas de violencia de género y sexual.
La organización sin fines de lucro Uwaki Sud Kivu, de la República Democrática de Congo, está capacitando a alrededor de 600 niñas [en inglés] en el uso de aplicaciones de telefonía móvil como FrontlineSMS y Freedom Fone para informar sobre la violencia.
Del mismo modo, Isis WICCE, de Uganda, les enseña a las mujeres con VIH/sida a usar Frontline SMS y otras aplicaciones de telefonía móvil de utilidad para el activismo contra la violencia de género.
En República de Congo, dos organizaciones – Association Dynamique Plurielle y Comptoir Juridique Junior trabajan con escuelas secundarias, enseñando a los y las estudiantes a enviar SMS de alerta sobre casos de acoso sexual [link en inglés] a funcionarios/as del colegio, que entonces pueden intervenir.
El “Center for Migrant Advocacy Inc.”, de Filipinas, creó una línea de socorro por SMS que ofrece ayuda para casos de emergencia [en inglés] de trabajadores y trabajadoras inmigrantes – especialmente trabajadores/as domésticos/as filipinos/as vulnerables a la violencia – vinculándolos/as a organismos de gobierno y embajadas.