A principios de este año el Consejo de Tecnologías de la Información de Turquía (BTK) anunció sus planes para exigir a todos los usuarios de internet la instalación de un software de filtrado para acceder a la red. El software propuesto vendría con cuatro ajustes de contenido a elección: estándar, doméstico, familiar e infantil. Sin embargo, los criterios de bloqueo de contenidos no se harían públicos.
El anuncio provocó protestas generalizadas durante el pasado mes de mayo.
Bajo este régimen, el gobierno turco ofrece a la ciudadanía una elección falsa entre “muchas restricciones” y “algunas restricciones”. Mientras que el BTK insiste en que el software tiene por fin la protección de la niñez, los críticos afirman que con él se intenta aumentar el control gubernamental sobre internet.
Recientemente, sin embargo, el gobierno turco parece estar cediendo terreno. En un principio, la introducción del software estaba prevista para el 22 de agosto, pero ha habido un aplazamiento hasta el 22 de noviembre para habilitar un período de consulta pública. Además, ya no se exigirá su instalación a la ciudadanía.
Esta es una gran victoria para los defensores de los derechos humanos de Turquía. Durante mucho tiempo el país ha estado bajo escrutinio por sus polémicas leyes de censura, y esta última propuesta lo habría puesto definitivamente en compañía de los estados más restrictivos, como China e Irán.
La idea de un programa de filtrado obligatorio en las computadoras personales no es nueva. De hecho, este último caso guarda una inquietante semejanza con el fracasado proyecto Represa Verde de China, que exigía a todos los fabricantes de computadoras la instalación previa del software de filtrado. También muy impopular, este proyecto fue abandonado a fines de 2009.
Ambos casos son una prueba del valor del constante trabajo de incidencia. El abandono de estas políticas muestra que es posible resistir a las invasiones del gobierno en nuestras vidas privadas.
El acceso irrestricto a internet es crucial para el ejercicio de las libertades de expresión y de asociación, que nunca debemos dar por sentadas.
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Foto por Kevin Anderson. Usado con permiso bajo licencia de Contenido Creativo 2.0.