La violencia contra las mujeres mediada por la tecnología se ha vuelto parte de la experiencia de las mujeres en violencia y sus interacciones en línea. Así como nos enfrentamos a riesgos fuera de línea, en las calles y en nuestros hogares, las mujeres y las niñas pueden enfrentar peligros y riesgos específicos en internet, como son la persecución y el acoso en línea, las invasiones de la privacidad con la amenaza de chantaje, “videos de violaciones” como virus y, para las mujeres jóvenes en particular, la diseminación de “videos con escenas de sexo” que obligan a las sobrevivientes a revivir el trauma de la violación sexual cada vez que se publican en línea, a través del teléfono móvil o de alguna otra manera. Estas formas de violencia, que ocurren por medio de la tecnología, causan también daños psicológicos y emocionales, refuerzan los prejuicios, destruyen las reputaciones, causan pérdidas económicas y plantean obstáculos a la participación en la vida pública. Las denuncias y respuestas a estas violaciones son generalmente limitadas y el daño y el abuso se comprenden poco.
La violencia contra las mujeres que se comete, se instiga o se agrava por el uso de las TIC y en los espacios en línea son parte del continuo de violencia contra las mujeres y constituye una barrera significativa a la capacidad de las mujeres y las niñas de aprovechar las oportunidades que las TIC ofrecen para la plena realización de sus derechos humanos y su desarrollo.