Valeria Betancourt es directora del Programa de políticas de información y comunicación de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones. Desde Internet Society la contactaron para conocer su opinión sobre el estado de derechos humanos e internet. Aquí comparten sus reflexiones.
Los derechos humanos como eje fundamental de la gobernanza de internet
La gobernanza de internet está relacionada con las condiciones que determinan las maneras en las que internet se desarrolla, se accede y se usa. Si esas condiciones y arreglos socavan el potencial de internet como recurso público global y favorecen intereses políticos o comerciales específicos, es muy difícil que éste sea puesto en función de la realización de derechos.
En sí, internet es un poderoso habilitador de los derechos humanos, el desarrollo y la justicia social, incluyendo la justicia de género. El problema radica en que, incluso contando con acceso a internet, no resulta posible para algunas personas y grupos utilizarlo de una manera que favorezca el disfrute pleno de sus derechos, debido a que las regulaciones y las prácticas de los gobiernos y de las corporaciones están constantemente desafiándolos y restringiéndolos. En consecuencia, la discriminación, la desigualdad económica y social y la violencia dentro y fuera de línea se exacerban.
Debido a esto, es fundamental que se reafirme el reconocimiento de internet como un recurso común que debe ser manejado en el interés público, en cuyo centro esté el disfrute de un amplio rango de derechos humanos.
Derechos amenazados en internet
El espectro de derechos amenazados es amplio: interferencia en la privacidad mediante vigilancia masiva y desproporcionada; usufructo con fines de lucro o por motivaciones políticas de los datos personales; limitación a la libertad de expresión a través de censura y bloqueo de contenidos; reducción del espacio para el disentimiento y las opiniones críticas al poder político mediante el uso de legislación de propiedad intelectual (sobre todo en redes sociales); retención ilegal de datos y acceso a datos privados y de geolocalización sin orden judicial; violación a la neutralidad de la red a través del despliegue de modelos de negocios de tasa cero y basados en privilegiar determinados contenidos y aplicaciones; por mencionar algunos. No puede dejar de mencionarse la violencia contra la mujer basada en tecnología que resulta en la afectación de una serie de derechos, incluyendo los derechos sexuales. Y, por supuesto, la creciente tendencia a asumir los asuntos de política de internet como cuestiones de seguridad y, con ese argumento, ejercer controles desmesurados sobre el entorno en línea, olvidando que las sociedades más seguras son aquellas con los sistemas democráticos más sólidos.
Conviene acotar que lo que sucede en internet es una prolongación y reflejo de la situación fuera de línea. Las violaciones y restricciones a los derechos humanos en internet son una manifestación de lo que acontece fuera del entorno digital. No son únicamente los gobiernos quienes establecen regulaciones y prácticas atentatorias a los derechos humanos. Las corporaciones, en su afán de aumentar sus ganancias, han desplegado formas propias de control que son extremadamente nocivas para las libertades en internet.
Sobre derecho al olvido
Se trata de un derecho que no está establecido en los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos. En el contexto latinoamericano, es fundamental documentar la memoria histórica y el derecho al olvido va en contramano de la necesidad de asumir la responsabilidad histórica de los hechos. Es necesario desvincular la discusión del derecho al olvido de la discusión sobre la protección de la privacidad y situarla en el marco de la lucha contra la impunidad, por el acceso a la verdad y la justicia y por la transparencia sobre asuntos de interés público. Conviene, además, situar la discusión en la manera en la que se configuran los algoritmos que escogen la información y cómo ello incide en los énfasis de los contenidos que se acceden en línea.
Consejos para proteger datos de usuarios en la web
Evitar compartir información privada o limitar su difusión para fines estrictamente necesarios, familiarizarse con los términos de uso de los sistemas, plataformas y aplicaciones y hacer elecciones informadas; y, lo más importante, encriptar/cifrar sus comunicaciones y sus dispositivos.