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Ayuda humanitaria a las víctimas del terremoto de Ecuador. Foto de Protección Civil de la Unión Europea y Operaciones de Ayuda Humanitaria utilizadas según licencia CC BY-NC-ND 2.0.

Uno de los proyectos más destacados de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) es el Monitor mundial sobre la sociedad de la información (MMSI o GISWatch, por su sigla en inglés), que este año se ha dedicado a redes comunitarias. Como parte de una colaboración entre APC y Rising Voices (RV), un proyecto de Global Voices, RV ha publicado versiones de los informes del Monitor para destacar las diversas redes comunitarias alrededor del mundo. Esta es la traducción de una versión del informe de país sobre Ecuador publicado originalmente en inglés en el sitio web de GISWatch y republicado en Rising Voices

Gracias a Rising Voices y a María Emilia Miller por la traducción.

Los rápidos cambios en las políticas públicas, las leyes y la normativa de Ecuador durante los últimos 10 años resultaron en un campo de acción incierto. Las leyes pueden interpretarse como favorables para las redes comunitarias, aunque las redes comunitarias no se encuentran en las normas. Al mismo tiempo, la situación económica hace viable, pero no trivial, la creación de redes comunitarias.

En Ecuador se prevén leyes a favor de las comunicaciones comunitarias, pero no existen políticas específicamente dirigidas a las redes comunitarias. Tampoco hemos encontrado análisis detallados con respecto al internet del país o a la normativa sobre el espectro desde la perspectiva de las redes comunitarias, si bien un análisis de espectro muy útil de 2011 todavía parece relevante, aunque las leyes han cambiado. Una presentación del Estado de 2008 recomendó cuatro alternativas regulatorias para fortalecer las redes comunitarias, pero hasta donde sabemos no se han implementado.

Como se menciona en el MMSI 2017, el desarrollo de internet en Ecuador ha favorecido al sector privado, especialmente a las compañías multinacionales, con algo de atención en el sector público, y muy poca influencia funcional de la sociedad civil, o del sector “comunitario” como a veces se lo denomina en el Derecho ecuatoriano. Un informe de 2016 indica que la regulación del espectro y la neutralidad de la red se encuentran en riesgo de influencia política.

En 2016, el último año en que se publicaron datos, el Estado informó que entre las personas a las que se les consultó si habían utilizado internet en los últimos 12 meses, el promedio nacional fue 55,6 %: el promedio urbano fue 63,8 % y el promedio rural fue 38 %.

La motivación, la suerte, el conocimiento y los amigos hacen posible la primera red comunitaria de Ecuador

Nuestra red existe porque queremos que exista; la construimos, la mantenemos y la utilizamos; y a veces la rompemos, nos peleamos por ella, la insultamos cuando funciona más lento de lo que queremos o se corta por completo, y nos frustramos por eso… pero en su mayor funciona y estamos agradecidos. Nuestra red también funciona porque un amigo comparte su conexión a internet con nostros y nos permite atar nuestra antena a su balcón: ¡muchas gracias!

En abril de 2016, un terremoto golpeó la costa de Ecuador y provocó importantes daños y pérdidas de vidas. Como parte de la respuesta al terremoto, un miembro comunitario que vive Estados Unidos recolectó donaciones de amigos y colegas y fue con un amigo para ayudar a reconstruir. Cuando la actividad de reconstrucción en nuestra comunidad acabó, decidimos invertir nuestra atención y el dinero restante en crear una red comunitaria para tener conectividad a internet. Decidimos que esto ingresaba dentro del marco de generar resiliencia comunitaria para manejar futuros desastres.

Ya hemos comenzado a investigar la posibilidad de una red comunitaria. Hemos observado la topografía de la comunidad y el resto de nuestro cantón; la infraestructura en telecomunicaciones más próxima; los antecedentes del internet rural en el país; compañías que venden equipos de redes; organizaciones locales que puedan brindar estructura social a la red y usar la conectividad; así como organizaciones nacionales involucradas en las comunicaciones comunitarias.

Solicitamos asesoría a AlterMundi, contactos en Ecuador, y otros. También nos contactamos con un pequeño proveedor de servicios de internet mencionado en un artículo de 2008 sobre proyectos de conectividad comunitaria en Ecuador y visitaron nuestra comunidad. Esta respuesta de todos fue más o menos: “Comiencen simple, con una sola conexión en su comunidad”.

Antes de hallar un lugar con internet en nuestro campo visual, nos llegó una invitación de AlterMundi para participar en un taller práctico de siete días sobre redes comunitarias con gente de organizaciones comunitarias agrícolas de Colombia. Invertimos una parte del dinero de ayuda tras el terremoto y algunos ahorros personales para realizar el viaje con un miembro de la comunidad y dos adultos jóvenes de un sindicato de agricultores cercano. El taller nos ayudó a comprender muchas cosas, por ejemplo cómo otras comunidades organizaron sus redes y cómo configurar los dispositivos inalámbricos de Ubiquiti para crear vínculos de larga distancia.

Tras la capacitación, dos miembros de AlterMundi vinieron a nuestra comunidad y nos brindaron la chispa necesaria para hacer funcionar nuestra red.

Nos aconsejaron que nos eleváramos a lugares altos al atardecer para identificar potenciales vínculo, y luego intentar con el vínculo más obvio en la forma más rápida y barata, rápida que significa comprar una antena en lugar de fabricar las antenas, y barata que significa usar la conexión a internet de un amigo en lugar de contratar una propia. Para dar el primer paso, olvidar la idea de crear una red para cinco comunidades a la vez. Quizás eso ocurra, pero no es el primer paso. Hay que comenzar con un solo vínculo, y ese pequeño y práctico paso enseñaría cómo hacer crecer la red más adelante.

Resultó que funcionó. Una noche subimos hasta lo más alto de una casa que se estaba construyendo en la cima de una montaña ¡y listo! Las luces de la ciudad centelleaban a las distancia. Invertimos el dinero lo que quedaba del dinero del terremoto en equipos para crear la primera parte de nuestra red, ¡y unos pocos días después teníamos internet inalámbrico en nuestra comunidad!

Algunos meses después solicitamos ayuda económica para expandir nuestra red a otras comunidades, y aprendimos mucho en ese proceso. No obtuvimos la ayuda económica, pero ganamos conocimientos.

Conexión e infraestructura

Nuestra conexión a internet durante los primeros 17 meses era una línea DSL con una conexión de 5 Mbps y un coeficiente de contención de 8:1 del ISP nacional público, Corporación Nacional de Telecomunicaciones EP, compartido con un amigo en un pueblo pequeño. Costaba aproximadamente USD 33 por mes. Ahora, luego de 17 meses de reiteradas pedidos, el proveedor de internet activó una conexión de fibra óptica en casa de nuestro amigo que supuestamente presenta una velocidad de 10 Mbps de descarga y 5 Mbps de carga con un coeficiente de contención de 2:1 por USD 79 por mes; pero en las primeras tres semanas no ha rendido más que el DSL.

Nuestra red conecta esa conexión a internet a nuestra comunidad a través de un vínculo inalámbrico de 22 km (campo visual), y la red dentro de la comunidad actualmente está hecha de enrutadores inalámbricos conectados a través de un cable UTP exterior. Utilizamos cable en lugar de inalámbrico porque los bosques densos y las montañas bloquean el campo visual entre las casas.

Algunas futuras conexiones serán inalámbricas donde haya campo visual. Para esos vínculos, queremos utilizar antenas económicas conectadas a enrutadores WDR3500 de vínculo TP (u routers compatibles con LibreMesh con antenas desconectables), pero si esto demuestra ser muy difícil o si el precio se acerca al de los dispositivos Ubiquiti, entonces utilizaremos los dispositivos Ubiquiti. Esperamos adquirir al menos un LibreRouter y suministros energía de respaldo, así como utilizar fuentes alternativas de energía (solar, eólica, micro hidráulica, biogás).

Esta es nuestra actual configuración de infraestructura:

Utilizamos dos colores de banda eléctrica -roja y verde- de manera de tener marcas coordinadas por color que indican qué cable debe enchufarse en cada puerto, así no confundimos qué cables se conectan a las cajas de potencia a través de ethernet.

Fracaso y reorganización

En diciembre el enrutador DSL del proveedor de internet falló y no tuvimos internet durante casi un mes, hasta que el proveedor del servicio solucionó el problema. En abril, la conexión entre las antenas desapareció y nadie de nuestra comunidad pudo arreglarlo. Luego de un mes sin internet fuimos a la casa de nuestro amigo y vimos que había crecido una palmera frente a la antena, que bloqueaba la señal.

La pérdida de internet nos brindó la oportunidad de renovar nuestra forma de organizar la red. Comenzamos a tener reuniones al menos una vez por mes y pronto empezamos a aportar dinero y firmamos un contrato para obtener una conexión de fibra óptica.

Enfrentamos varios desafíos que podemos analizar en su totalidad aquí:

  • Debates sobre si conectar primero el centro comunitario o más hogares

  • Malos entendidos en relación con el dinero y las motivaciones

  • Frustración debido a la poca participación

  • Falta de claridad respecto a qué enrutadores y antenas comprar, o sobre cómo fabricar nuestras propias antenas

  • Inquietudes acerca de los efectos negativos en las relaciones entre los seres humanos y el ecosistema.

Género, edad y uso de las redes

Parte de la motivación para construir la red creció específicamente de la notoria vulnerabilidad que resultó del terremoto de abril de 2016, y también de comprender que la comunicación permite a las personas interactuar con muchos procesos que afectan la estabilidad de sus vidas.

Tener internet en nuestra comunidad facilita mucho la coordinación del turismo, un programa educativo en la comunidad, o voluntarios, e internet también atrae a más visitantes. Esto beneficia a los miembros de la asociación de turismo de la comunidad, la mayoría mujeres. Cuando la gente visita la comunidad, las mujeres ganan dinero por cocinarles o por limpiar el centro comunitario donde se alojan o realizan reuniones. A veces se contrata a los hombres como guías turísticos para llevar a los turistas a caminatas por el bosques. Muchos miembros de la comunidad también aprecian la experiencia cultural de conocer personas de otros lugares.

Los hombres utilizan internet para comunicarse sobre el trabajo, algunas las mujeres utilizan la red para sus estudios y todos utilizan la red para la comunicación social con su familia y amigos, y para el entretenimiento. Las mujeres han participado en casi todas las actividades de la red comunitaria, como reuniones, instalar el nodo de pasarela y las antenas, y extender la red a más hogares.

Hemos prestado atención específicamente a incluir mujeres, personas de todas las familias en nuestra comunidad y personas de todas las edades en las conversaciones que derivaron en nuestra red y en las consideraciones del impacto de nuestra red. Las conversaciones tienen lugar en las reuniones comunitarias y en los hogares. El grupo nuclear que implementó la red hasta ahora realiza un esfuerzo para incluir gente en la construcción de la red, para explicar cómo funciona a todos los interesados y a despertar interés y un sentido de potencial en todos los miembros de la comunidad. Creemos que con incentivo, todos pueden comprender cómo funciona la red y de participar en la red como elijan.

La siguiente lista muestra el desglose por género en cuanto a la participación en varias actividades vinculadas a la red:

  • Primeros meses de preparación y coordinación – un hombre en conversación con muchas personas.

  • Instalación del vínculo principal – dos mujeres, tres hombres (entre ellos, una mujer y un hombre de AlterMundi brindaron apoyo).

  • Primera reunión – sin registro de participantes.

  • Segunda reunión – cuatro mujeres, cinco hombres (luego de la reunión un hombre enseñó a una mujer cómo insertar los conectores RJ45 en un cable UTP).

  • Tercera reunión – siete mujeres, nueve hombres.

  • Cuarta reunión – seis mujeres, seis hombres.

  • Reubicación de la antena fuente – dos mujeres, cuatro hombres.

  • Comunicación con proveedor de internet para contratar conexión fibra óptica – un hombre (una mujer firmó el contrato).

  • Visita a un pueblo con conexión a internet para activación del vínculo de fibra óptica – una mujer, dos hombres.

Todas las actividades de instalación y mantenimiento involucraron personas de entre 19 y 35 años. En las reuniones el rango de edades se ubicó entre 10 y 65 años. La red ofrece a los adolescentes y jóvenes de nuestra comunidad la oportunidad de hacerse responsable por un sistema comunitario, de aprender y demostrar a sus padres y a ellos mismos que pueden gestionar la red comunitaria. Los adultos ya manejan la cooperativa de agua, el banco comunitario y la asociación de turismo de la comunidad.

Políticas de Estado y leyes

No hemos lidiado con la política nacional de internet directamente, salvo por haber interactuado con sus efectos: el no acceso a internet en nuestra comunidad.

Nuestra comunidad y las zonas circundantes tienen poca presencia estatal, de manera que no hallamos necesario recurrir al Estado (proveedor de servicio público, organismos regulatorios, legisladores, funcionarios electos) y todavía no leímos las leyes y los reglamentos, simplemente mantenemos nuestra red y seguimos con nuestras vidas.

No obstante, para que nuestra red sobreviva en el largo plazo, y para apoyar la creación de nuevas redes comunitarias en todo Ecuador, consideramos prudente comprender las leyes, influencia e interpretarlas para defender y apoyar nuestras redes comunitarias. Hasta donde nosotros sabemos, el sistema jurídico, la normativa y las personas encargadas de su aplicación no han interactuado con las redes comunitarias, somos la primera red de tales características en la zona.

Debido a 10 años de un control estatal estricto en varias áreas de la sociedad (2007 a 2017), por ahora decidimos pasar desapercibidos, en lugar de arriesgarnos a intentos estatales de absorber, regular o cerrar nuestra red. Recientemente, un aliado en contacto con las instituciones de telecomunicaciones del Estado nos contó que el Gobierno nacional actual se encuentra a favor de la idea de las redes comunitarias y el uso del espectro comunitario. También tuvimos contacto con un alcalde rural que desea apoyar una red comunitaria en su cantón, si bien le explicamos que desconocemos los aspectos jurídicos.

Servimos como experiencia temprana del potencial de las redes comunitarias en Ecuador, y planeamos utilizar nuestra experiencia de adaptar este modelo a nuestro contexto como base para la conversación con otras comunidades, organizaciones, proveedores del servicio de internet y el Estado sobre cómo apoyar esta nueva forma de cocrear infraestructura de internet. Esperamos que el Estado y los proveedores del servicio de internet de todos los tamaños se adapten a esta realidad, en lugar de intentar frenarla o controlar la formación de redes comunitarias.

Conclusiones

Llegamos a las siguientes conclusiones a partir de nuestra experiencia de establecer una red comunitaria en Ecuador:

  • Las condiciones en Ecuador son propicias para las redes comunitarias, pero hasta ahora faltó una chispa e iniciativas de organización como por ejemplo una coalición nacional.

  • En nuestra comunidad, comunicarnos claramente y organizarnos es muy importante. Incluso si nadie nos cobra por nuestra conexión a internet, igualmente nos beneficiamos de organizarnos, y resulta lógico recolectar fondos para futuros gastos.

  • Lograr y mantener la conectividad requiere atención, tiempo, dinero, entendimiento, confianza y perseverancia. De otro modo, la gente se rinde y dice “No sé cómo hacerlo” o “No tenemos ni tiempo ni dinero para esperar a que los técnicos instalen la conexión”.

  • La comunicación con actores externos constituye una parte clave de la organización.

  • En muchas comunidades, hacemos que las cosas funcionen lo mínimo indispensable, y luego pasamos a centrarnos al próximo asunto urgente. En nuestro caso, creamos una conexión precaria y no nos centramos en establecerla hasta que se averió durante un mes, y cuando comenzamos a ayudar a instalar otras redes en otras partes del país y quisimos que nuestra red fuera un ejemplo de una red comunitaria que funcionara correctamente.

  • La ampliación de la infraestructura física comienza al decidir quién paga por los equipos, quién realiza el mantenimiento y la gestión, cuál es el diseño técnico y qué hardware será utilizado. De manera de crear una comprensión clara entre los miembros de la red, resulta útil tomar estas decisiones antes de salir al campo.

  • Interactuar con otras comunidades que tienen experiencia en las comunicaciones comunitarias y la infraestructura autogestionada, o bien que desean tener acceso, y contactar a las redes comunitarias (las personas organizadas, la infraestructura y los conceptos) con los movimientos globales y locales hacia el bienestar y la libertad sobre la cooperación entre pares.

  • La participación en movimientos nos ayuda a aprender, construir relaciones comunitarias y mejorar nuestra capacidad de influir sobre los procesos estatales y comerciales.

  • El apoyo a las comunidades para la creación de sus propios procesos de apropiarse de las tecnologías de la información y la comunicación, y el reconocimiento de que nuestro concepto actual de “red comunitaria” se encuentra determinado por nuestra perspectiva cultural y nuestros antecedentes de apropiarnos de la tecnología, pueden verse de forma diferente en diferentes comunidades y pueden cambiar a través del tiempo.