Con Tour Delirio, María Juliana Soto cruzó aspectos del problema de la privacidad que se ven poco en los debates sobre la tecnología. Con una serie animada acompañada de paseos de salsa en bus por Cali, Colombia, se pone sobre la mesa la cultura que le da potencia a la vigilancia sobre las mujeres. De este modo, y aunque se le ayude poco, Tour Delirio participa en la necesaria innovación educativa que busca incluir un enfoque de género a la cuestión de la privacidad dentro de las nuevas alfabetizaciones digitales.
Hay que bajar el entusiasmo que ve en las nuevas tecnologías la marca del futuro. Al final, buena parte de estos avances han terminado por ponerle herramientas nuevas a lo que se ha hecho ya desde siglos. Así, el control y la vigilancia, más masiva e “inteligente” que nunca, le afecta a las mujeres por partida doble y, por supuesto, también a las personas racializadas y LGBTQI+. Sin embargo, no es raro que en la conversación diaria se busque entender el comportamiento de la tecnología separado de los entramados sociales que definen su uso. Probablemente porque los aspectos culturales con los que se piensa en la privacidad y la vigilancia digital necesitan todavía de enfoques de género que se adapten a realidades más cercanas y vayan más allá de los imaginarios expandidos fuera del mundo mayoritario.
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