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Sursiendo, miembro de APC con base en Chiapas, México, presenta Komunikilo, un proyecto de comunicación con Cultura libre. Esta entrevista, publicada originalmente en la web de Sursiendo, forma parte de la serie "Las personas detrás de las tecnologías que queremos".

Rita vive en Barcelona, Cataluña, España; en 2023 creó el proyecto Komunikilo, que significa “herramienta de comunicación” en esperanto. “Lo que intento hacer es divulgación de Cultura libre digital, y lingüística cuando puedo también, porque pienso que el software libre son herramientas muy sólidas y muy testeadas, que ayudan a construir ese mundo mejor que todos tenemos en el horizonte”. También participa en gamifica’t (cultura en juego, en catalán), es socia de eXO (asociación catalana de fomento de redes comunitarias), es parte de fedicat (un colectivo de personas que habita el fediverso desde hace muchos años y gestiona un nodo que promueve la lengua catalana), colabora en anartist (espacio de herramientas libres para artistas libres), en la cooperativa integral Estraperlo y mucho más. “Es muy común, suele pasar que hay personas que estamos en diferentes colectivos, asociaciones o cooperativas”.

Habla con un entusiasmo contagioso, con optimismo, dándose tiempo para explicar bien lo que menciona en cada momento. “Tenemos unas tecnologías con las que tenemos casi de todo y si no nos lo inventamos”. Menciona a Ivan Illich como referente, “se trata de que esos inventos fomenten la convivencia y no la explotación de personas y recursos”, y también que hay que buscar el lado lúdico para aprender y utilizar las herramientas digitales.

“Sobre todo me centro o, lo intento, en Komunikilo, y en propuestas (ya sean charlas, formaciones, ensayos o libros) para intentar divulgar que sí hay otras maneras de comunicar nuestros proyectos y que se puede hacer cien por cien sobre software libre, que para hacer todas esas cosas, y no solo el software, hay que tener en cuenta la accesibilidad, hay cosas que a veces se dejan, y no todo el mundo tiene las mismas prestaciones en un dispositivo, intentar hacer las cosas que pesen poco o cuál es la manera más ecolobit de hacer las cosas, en el trato de las herramientas. Bueno, un poquito todo lo que engloba esto que llamamos cultura libre digital”.

Si tuvieras que darle una personalidad Komunikilo, ¿cómo dirías que es?

Pues quizá sería una personalidad propositiva, y metódica creo que también, porque, yo al menos percibo que estamos en un mundo que cada vez se hace más complejo, y está bastante crispado. Entonces hay una especie de desafío narrativo para sintetizar y buscar un poco la sencillez y el decrecimiento, y estar más pausadas. E intentando que sea desde lo positivo. Uso mucho el término “literatura tecnocatastrofista” para intentar explicar que con solo visibilizar un problema no es suficiente. Creo que, además de quejarse, hay que intentar hacer algo. Porque si solo se da bombo al problema tenemos otro problema: que nos pensamos que no podemos hacer nada. Por eso Komunikilo propone criterios y metodologías básicas para comunicar proyectos con cultura libre. Y lo que son propuestas positivas sobre intentos de ir a una, queda más diluido. Entonces apostar que sea propositivo, se intenta desde Komunikilo proponer unos criterios y proponer metodologías básicas para comunicar proyectos.

Y metódica, porque una de las cosas que tiene más fuerte es el curso de comunicación, es una metodología para comunicar nuestros proyectos, desde que tenemos esa idea de que queremos crear un proyecto hasta que lo difundimos finalmente. Son cuatro sesiones: la primera es de reflexionar, la segunda crear, la tercera licenciar y la cuarta difundir.

¿Y cómo fue el proceso de creación, de desarrollo del proyecto? ¿Cómo surgió y cómo ha ido creciendo o desarrollándose?

Todo vino porque yo estaba trabajando en una asociación y me di cuenta de que era muy difícil promover comunicaciones digitales más libres, incluso en entidades sociales que se supone que son más, o deberían ser, más permeables a este tipo de reflexiones y acciones. Y entonces me dije que queda mucho trabajo por hacer. Entonces fue primero la decisión de crear ese curso. Bueno, hubo una pandemia, estábamos todos encerrados en nuestras casas y yo aproveché y dije “me voy a poner en serio” y empecé a concebir este curso de comunicación. Luego vi que con esto surgen más cosas. Cuando piensas en comunicación digital se te ocurren muchísimas más cosas, como por ejemplo, hacer más accesible el fediverso u otros proyectos que pudieran surgir. Es que, claro, te hierve la cabeza con las cosas que se pueden hacer dentro de un paradigma nuevo, el de Cultura libre. Lo hago en castellano para que pueda llegar a más gente. Y ahí voy coleccionando todo, como buenas prácticas, etc. En un inicio intenté crear un grupo de comunicadoras para poder consensuar unos criterios, pero bueno, se ha ido participando en eventos y en otras cosas y es difícil hacer esto. De momento lo que se va proponiendo es todo de materiales y acciones donde promover la cultura libre.

¿Y en este proceso, qué desafíos te has ido encontrando y cómo los has ido manejando?

Uno de los desafíos es el tiempo, que yo creo que es el más grande, el tiempo, porque las organizaciones son pequeñas. Claro, no estamos hablando de organizaciones que puedan a veces tener una persona dedicada a la comunicación. Es un tema delicado, yo creo que es el tiempo de las personas. Entonces tomarse el tiempo y los recursos para abordar estos procesos de transformación digital tiene su proceso también de decidir poner peso en esas cosas. Yo creo que ahora la tarea sigue siendo visibilizar que existen otras maneras de comunicar e ir sumando, e ir aportando, pues personas que ya han trabajado estos temas y que los van compartiendo, entonces es ir haciendo piña con otras personas que se dediquen a esos temas o a otras organizaciones que vean que sí, que ya deberíamos estar dando pasitos en esa dirección y que juntas avanzaremos mucho mejor y más rápido. Pero bueno, o sea, el tiempo para mí es el desafío más grande. Y luego lo de la solución: Si tenemos un problema, que es el tiempo y la solución es simplemente pedirle a la gente que al menos lo tome en cuenta, que conozca que existen esas cosas, y que lo vayan incorporando como buenamente puedan.

Yo siempre uso la filosofía del “Clic, Clac, Clec” que le llamo. El Clic, esa fase click , de descubrir que existe algo, porque evidentemente no se puede participar de algo que no se sabe ni que existe, con lo cual esa fase es muy importante, de decir “ah, vale, que existe un fediverso o que gmail mejor no usarlo”, tienen esa fase de descubrimiento. Luego, un paso muy grande es el Clac, que es la parte del aprendizaje, que implica un poquito también ese desaprendizaje, de no le des importancia a los likes o a esos parámetros que creo equivocados, que creo que es otro desafío también, esa imposición de parámetros cuantitativos. Pero si se pueden comprar bots y que hagan likes y es falso y ficticio! Entonces es ir aprendiendo que hay otras maneras más importantes que son más cualitativas y más difíciles de medir. Y luego la parte del Clec, ya es cuando tienes un paradigma comunicativo, alguien en línea y todo, pues ya puedes intercooperar de forma fluida, sin contradicciones, con los demás. Entonces, a mí ese “Clic, Clac, Clec” me permite cómo establecer ese itinerario para la transformación. Primero nos damos cuenta de una cosa, nos informamos un poquito, luego aprendemos ya a hacer otras prácticas, qué puedo hacer para ser más ecolobits. Y luego nos juntamos y hacemos cosas juntas, que ese es el empoderamiento del Clec. Y sirve para todas las transformaciones, eh.

En Komunikilo hay más personas colaborando. ¿cómo se organizan, de forma remota o también tienen espacios para juntarse físicamente?

Bueno, Komunikilo lo empecé yo, cogiendo todas las cosas que estaba trabajando en catalán de temas de comunicación. y pasándolo al castellano. Pero luego despertó interés y se sumó Álex, pero como no vivimos en la misma Comunidad Autónoma, nos juntamos en digital: usamos la instancia Jitsi de eXO, tomamos notas en el pad de Komun y las archivamos en el Nextcloud, también de Komun. También tenemos una categoría de comunicaciones libres en el foro de Komun, un rincón donde tratar ese tema en específico. Y luego cuando podemos, pues nos juntamos en presencial. Normalmente aprovechamos que hay algún evento y nos encontramos un par de veces al año.

¿Qué es lo que te motiva para seguir impulsando este proyecto?

Está esa frase que a mí me gusta de “compartir ese nuevo mundo que llevamos en nuestras herramientas”. Eso es bonito vivirlo y compartirlo. O sea, el problema es cuando te ponen muros o las personas no ven esos muros. No, no los perciben como tal, pero creo que tenemos un ecosistema digital libre con casi de todo, porque seguro que falta algo, pero ahora mismo a mí no me falta nada. Si no, pues ya lo haremos, pero es eso de que ya existen cosas y que ya hay personas trabajando en esa dirección. Que falta mucho camino por recorrer, pero que se puede hacer alegremente, si hay voluntad. Y la motivación es eso: Conocer todos estos mundos más libres, pues te hace querer compartirlos con los demás. Esa es la motivación principal.

¿Por qué es importante la cultura libre?

Creo que es importante porque plantea un paradigma más humano, que no se basa en números empresariales para el beneficio de pocos. Son otros paradigmas donde lo bonito es la cooperación, la igualdad, el mutuo acuerdo. No se trata de que obliguen a hacer algo, se trata de que quieras hacer algo porque crees que es más bueno para todo el mundo. Y para mí eso es la cultura libre. Son maneras de hacer herramientas que creamos, que nos hacen cooperar, que nos hacen ayudarnos, y no tanto que alguien se lleva un beneficio económico a costa de la explotación de otro, no. Eso me parece que realmente no es humano. Pongamos remedio a eso, sí.

Sí, es que yo creo que todo tiene su camino. Y también hay muchos vientos en contra, porque claro, el hecho de la financiación que pueda tener Google para irse a Bruselas, plantarse ahí en el Parlamento Europeo, y tener voz ahí dentro. O sea, esos lobbies que gastan millones y millones de euros. Ojalá los tuviéramos nosotras para hacer campañas de Cultura libre y proyectos y juntarnos para tomar unos zumos. Pero creo que también lo bonito es transformar desde lo pequeño.

Y así como decía: en plan en comunidades chiquititas, pero bien conectadas y con unos criterios base. Pero bueno, sí, seamos optimistas porque hay cancha y hay muchas personas con ganas de aprender sobre esto.