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Del 12 al 14 de noviembre del presente año se desarrolló la 13ª reunión anual del Foro de Gobernanza de Internet (FGI, o IGF por su sigla en inglés) en las oficinas de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en París, Francia. Bajo el lema “The Internet of trust” (internet de la confianza) se buscó generar un espacio “multistakeholder” o de múltiples partes interesadas que pudieran expresar su opinión sobre las expectativas en el camino de las tecnologías digitales. Cabe destacar que es el proceso de conclusión anual de una serie de foros nacionales y regionales.

Entre los principales temas que se trataron estuvieron Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas, ciberseguridad, “over-the-top services”, protección de datos, redes comunitarias y conectividad, y lo cierto es que se dejaron un poco de lado temáticas como redes sociales e igualdad de género. Desde la Cooperativa Sulá Batsú de Costa Rica pudimos participar durante todo el evento gracias a la colaboración de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) y su Fondo de viaje e intercambio de miembros (METF, por su sigla en inglés).

Durante la misma semana se realizaron en país otros eventos como el Paris Peace Forum y el GovTech Summit con mayor preponderancia mediática de la que el IGF tradicionalmente ha gozado, pero que en la conferencia inaugural de este año se empezó a visualizar este cambio con la participación del Secretario General de la ONU, António Guterres, la directora de la UNESCO Audrey Azoulay y, casi por sorpresa, con un discurso de alrededor de 50 minutos, el presidente de Francia Emmanuel Macron.

Del discurso del presidente visualizo mis primeras impresiones y preocupaciones. Primeramente, menciona una referencia a la existencia de diversos modelos de internet, poniendo como ejemplo el caso de Estados Unidos de Norteamérica y de China, pero al mismo tiempo presentando la necesidad de un tercer modelo, el europeo. Aquí cabe la pregunta y donde quedan todos los países fuera de estos espacios geográficos, y sobre todo donde queda aquella idea de un internet global y neutral para todos.

Aquí también se entiende, al menos para Europa, la necesidad de aumentar la preponderancia mediática del IGF, pensándose en un espacio donde se pueda generar esta discusión. Queda claro que no es casualidad que el IGF internacionaL, un evento que debe variar su sede en diversos países y regiones, se realizara en 2018 en Ginebra, Suiza; en el presente año en Paris, Francia; y como algo sin precedentes el presidente francés mencionara en su discurso que la próxima sede será en Berlín, Alemania. Con el peligro a mi parecer que se convierta en un espacio menos neutral y dominado por Europa Occidental. Es entendible si lo vemos desde una perspectiva económica sean países con mayor capacidad económica e interés en albergar el evento, pero también son países más costosos e inaccesibles para la participación de comitivas de Latinoamérica y África.

Posterior a la presentación inaugural se dio el primer panel de alto nivel, con las tres representaciones de Ginebra, Francia y Alemania como próxima sede para dar sus impresiones sobre el desarrollo y expectativas del Foro. El otro punto que me llamó la atención del discurso de Macron fue su visión de la ciberseguridad, uno de los temas con mayor presencia en los paneles del IGF de Paris. Con una posición a mi parecer desigual de la relación seguridad – privacidad, Macron se enfocó fuertemente en la necesidad de aumentar y mejorar las tecnologías para recabar datos que puedan generar un mayor control en busca de la lucha contra el terrorismo, por ejemplo. Sin embargo, estamos observando una transformación donde la privacidad no puede ser socavada en pro de un aumento del control y la seguridad, en una era donde vemos políticas como las de Trump en EE. UU. con líderes y regímenes conservadores y autoritarios que visualizan las tecnologías digitales como un medio de control de sus ciudadanos.

Finalmente, un punto a señalar que quedó visible desde el primer día y fue comentado durante todo el evento por los participantes fue la disminución de conferencistas de la Sociedad Civil en los paneles de Alto nivel, los cuales estuvieron dominados en su mayoría por funcionarios de gobierno y la empresa privada. Dirigiendo en muchas ocasiones las discusiones a temas relevantes desde estos sectores, pero no abarcando en su complejidad las temáticas tomando en consideración a la ciudadanía representada por las entidades de sociedad civil.

Temas desarrollados durante el IGF

Dentro de los diferentes paneles del evento, que como mencioné anteriormente en su mayoría estaban dirigidos a ciberseguridad, inteligencia artificial y redes comunitarias, me referiré a algunas que me parecieron especialmente interesantes.

Durante este evento, APC lanzó la nueva edición de su publicación anual del Monitor mundial para la sociedad de la información (GISWatch por su sigla en inglés), en el que participa la Cooperativa Sulá Batsú con un capítulo desde la realidad costarricense. Dicho documento recopila los informes de 43 Países como Costa Rica, Venezuela, Portugal, Honduras, Nepal, Sudáfrica, China, Brasil, India, Argentina y Honduras, entre otros,  con experiencias y enfoques en la configuración de redes comunitarias a nivel global. Esta edición se enfoca en los modelos de acceso local, específicamente en las redes comunitarias, como soluciones autoorganizadas, autogestionadas o desarrolladas localmente con el propósito de brindar a las personas locales las habilidades y herramientas para resolver sus propios desafíos de conectividad. Las redes comunitarias permiten que los miembros de la comunidad se auto proporcionen y compartan infraestructura. 

Para el caso de Costa Rica se trabajó sobre las redes comunitarias rurales dentro de las organizaciones de economía social solidaria con el caso de una cooperativa rural de generación eléctrica en la zona norte del país. Para nosotros es importante mencionar como las organizaciones sociales como las cooperativas pueden colaborar en el desarrollo de redes comunitarias, tomando en cuenta el involucramiento de organizaciones privadas.

Unos de los temas presentes durante este IGF refieren a la ciberseguridad, donde se presentaron mesas sobre seguridad – jóvenes, seguridad en la red y sobre los cambios en la legislación. Este se podría decir que fue el tema más discutido durante el evento, además que el foro de buenas prácticas se centró en el trabajo en la cultura, las normas y valores de la ciberseguridad. Bajo esta línea se visualizaron muchas de los impactos generados por las brechas de seguridad digital, cuando, donde y como se están implementando normas para su control, y lo que genera “tener” o “no tener” normas en términos de protección de la información.

Una impresión que me llevo de las charlas a las que pude asistir es la preponderancia que se le está dando a las normas como un mecanismo de seguridad, espacialmente dirigido a las instituciones estatales para tomar decisiones en este campo, pensando que los cambios en el ciberespacio se desarrollan más rápido que la legislación que lo controla. Además, se generaron muchos recuentos sobre los tipos de amenazas en ciberseguridad que han estado afectando a los países, empresas y personas. Desde mi perspectiva se le está dando un enfoque muy técnico y legal a esta temática, lo cual es entendible, pero se ha debilitado a mi parecer la discusión sobre la privacidad a la quetienen derecho los ciudadanos, y cómo dicha privacidad no puede ir en detrimento de las medidas de seguridad que se generen en la era digital.

Durante el IGF 2018, la UNESCO presentó los resultados de su proyecto Definición de Indicadores de Universalidad de Internet como forma de apoyar a sus estados miembros para abordar las brechas digitales y contribuir al desarrollo sostenible. La metodología se desarrolla con colaboración de APC y un grupo de consultores de la UNESCO. Durante el IGF se presentó el documento y se hizo énfasis en la metodología desarrollada, donde uno de los detalles más interesantes es la afirmación que realiza el consultor principal de la prueba piloto en Brasil, aunque para una presentación dentro del marco del Foro de Gobernanza hubiera esperado más información de resultados del trabajo o las implicaciones de los indicadores que de la metodología desarrollada. Sin embargo, de acuerdo con lo presentado, estos indicadores están en proceso de aprobación por los estados miembros, y del respaldo por parte de la UNESCO la aplicación voluntaria del instrumento para que las partes interesadas realicen evaluaciones nacionales del desarrollo de internet, proceso al que la sociedad civil deberá dar seguimiento.

Finalmente, el otro tema que pude revisar en algunas charlas estuvo ligado a la Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas, en espacial me llamo mucho la atención el amplio trabajo teórico que se ha venido desarrollando en los últimos años principalmente desde Europa tanto en lo técnico como en lo ético de las implicaciones de esta nueva tecnología. Aunque se discutió mucho sobre el manejo de Big Data y las implicaciones de los algoritmos en las tecnologías digitales, debo admitir que me parecieron un gran avance las discusiones sobre el carácter social de estos desarrollos, y sobre todo definir a los algoritmos como constructos culturales, y como desde esta perspectiva los mismos no manejan la neutralidad ética -moral que en algunos casos se les desea achacar.

Conclusiones

Tras mi participación en el Foro de gobernanza de internet, parto de las siguientes conclusiones sobre el desarrollo de este espacio y las temáticas que se discuten en el mismo.

Primeramente, el Foro de gobernanza de internet empieza a tener una mayor preponderancia mediática, posicionándose como un espacio de discusión sobre todos para los diferentes gobiernos. Bajo esta línea también me parece un espacio que Europa como bloque visualiza como una oportunidad para generar un espacio de discusión muy dirigido a los intereses de este grupo.

Los IGF regionales deben empezar a trabajar más en generar propuestas conjuntas desde Sociedad Civil, dado que cuando se llega al internacional, los procesos regionales presentan una ruptura derivada de quién puede asistir y qué capacidad de participación tiene en el internacional.

Se ha reducido la participación en los paneles de alto nivel de representantes de la sociedad civil, lo que se visualiza con el enfoque que se le están dando a estos espacios dirigidos a la posición de las organizaciones privadas o de algunos Estados.

Una de las quejas expresadas por la mayoría de los participantes es como las diferencias idiomáticas dificultan la participación en todas las mesas, esto es comprensible por los costos de múltiples traducciones simultaneas. Pero lo que, si se sigue manteniendo y además no es único del IGF internacional sino también de los regionales, es el poco tiempo que se le da a los participantes para intercambiar o consultar con los ponentes de los paneles. Las ponencias son de mucha duración y cuando es el momento de intercambio con el público se reduce a 3 o 4 intervenciones máximas.

Se ha venido generando un cambio en las temáticas dejando poco a poco los temas de las Tecnologías de información y comunicación (TIC) donde se enfocaban más los espacios de interacción como las redes sociales, a discutir dentro de un concepto más amplio como son las Tecnologías Digitales (TD) dando paso a una tendencia a nuevas discusiones sobre ciberseguridad, Big Data e Inteligencia Artificial, con mayor preponderancia a la parte de seguridad.

Que la ciberseguridad recibe mucho énfasis, sobre todo desde los diferentes gobiernos, que ven el manejo de los datos como una forma de aumentar la seguridad de los ciudadanos teniendo el control de la información como en iniciativas de terrorismo. Desde la sociedad civil debe trabajarse en las implicaciones en la privacidad de los ciudadanos que estas iniciativas puedan tener.

Políticas y regulación de internet son puntos de discusión fuertes y con amplias implicaciones, que seguirán tomando fuerza en las iniciativas nacionales y regionales y de los proyectos de investigación desde la sociedad civil.

Desde los foros regionales, especialmente de Latinoamérica y Europa, deben organizarse para que el IGF no se convierta en un espacio donde se refuerce solo interés de discusión de Europa, sino que vuelva a tomar una preponderancia más global. Es importante que el IGF internacional del 2020 salga de Europa hacia otras regiones.

Finalmente me parece que es importante volver a discutir cuál es el internet que deseamos construir y buscar un internet inclusivo, neutral y global, donde no permitamos la aceptación como algo normal de hablar de diversos modelos de internet determinados por los intereses de regiones o empresas específicas.

La cooperativa Sulá Batsú, miembro de la red APC, es un emprendimiento colectivo basado en tecnologías de información y comunicación desde una lectura social, que se enfoca en procesos humanos. Sus productos y servicios se basan en el conocimiento tácito y explícito, formal e informal, propio y compartido.