Este artículo se basa en una charla titulada "Capitalismo digital, justicia climática y territorios" que tuvo lugar durante el Encuentro de miembros de APC 2024.
Cuando se habla de violencia, principalmente en los países del Sur global, suele pensarse en crimen organizado, mafias o inseguridad. Sin embargo, se obvian otras violencias que existen, no solo en el Sur sino en todo el mundo.
Podemos afirmar que estas otras violencias en América Latina y el Caribe están presentes desde la época de la invasión, conquista y ocupación por parte de los imperios coloniales. Violencia que perdura con procesos neocoloniales de extractivismo, libre comercio, endeudamiento, y hoy, de economía verde. Todo esto incrementado por las crisis climáticas cuyas principales víctimas, los pueblos del Sur global, no las han provocado.
Gobiernos actúan en colusión con corporaciones transnacionales para permitir la impunidad de sus acciones, así como la represión a quienes defienden los derechos humanos y de la naturaleza.
¿Acaso no es violencia la contaminación de las aguas, suelos y el aire de las zonas de donde se extraen hidrocarburos fósiles que serán en su mayoría exportados hacia el Norte, incluida China, o los minerales mal llamados para la “transición” en el Norte global?
¿Acaso el reclamo del pago de una deuda financiera odiosa e ilegítima no es un acto de violencia extrema que obliga a los países del Sur a destinar ingentes cantidades de dinero para el servicio de los intereses usureros, descuidando el gasto social y el cuidado ambiental?
¿Acaso el libre comercio, con sus reglas creadas para favorecer a los intereses de las corporaciones transnacionales no generan violencias en las tierras y territorios de los campesinos desplazados y empobrecidos, o sobre los suelos y ríos designados para garantizar la agroexportación hacia Estados Unidos, Europa o China?
Soluciones que instrumentalizan a la naturaleza
Con las crisis climáticas, nuevas amenazas y violencias se presentan. En este caso por los desastres climáticos -que no son naturales- y por otro lado con las falsas soluciones al calentamiento global en un marco de capitalismo verde.
Programas de carbono cero o carbono neutral embebidos de compensaciones de carbono, Soluciones Basadas en la Naturaliza (¿o debiéramos llamarlas Soluciones que Instrumentalizan a la Naturaleza?), provocan vulneraciones de derechos humanos, colectivos y de la naturaleza.
Estas políticas impuestas se realizan sin importar si son gobiernos de derecha, progresistas o de izquierda. Todos los Estados están impulsando a nivel nacional o internacional, desde hace más de 30 años, este tipo de falsas soluciones a las crisis climáticas, principalmente desde Naciones Unidas, apoyadas desde el sistema financiero y los sectores corporativos.
Recientemente, con la llegada del Acuerdo de Paris y la digitalización de la economía, los planes de compensación de carbono equivalente han proliferado sin límite. Esto ocurre a pesar de las constantes denuncias de que no combaten el cambio climático y que, por el contrario, lo empeoran gracias a que constituyen permisos para contaminar, escapan a controles de doble contabilidad de carbono, y se alían a negocios ilícitos, fraude y estafas cada vez mayores.
A su vez, los planes del despliegue masivo de tecnologías basadas en energías renovables, como la biomasa, solar o eólica, están provocando mayores despojos, ocupación de tierras en el Sur, causan vulneración de derechos y son más problemáticas aún cuando se asocian con certificados de compensación de carbono. Nuevas violencias desatadas por la economía verde.
Por si fuera poco, planes relacionados con geoingeniería, manipulación del clima, de la radiación solar, del ciclo del carbono, u otros que eluden la ciencia, se quieren llevar a cabo a gran escala, lo que podría provocar daños irreversibles en la estabilidad del planeta.
Todos estos planes, lo único que buscan en mantener el capitalismo fósil-dependiente, las formas de producción y consumo insustentables, y tratar de superar la crisis de acumulación de capital provocada por sus propios impactos sociales y ecológicos.
Soluciones reales frente al cambio climático por parte de comunidades indígenas
Sin embargo, a pesar de todo este escenario, existen iniciativas reales de soluciones frente al cambio climático, medibles, concretas y efectivas, como evitar la expansión de la minería, el cuidado de los bosques por parte de las poblaciones indígenas, o dejar de extraer petróleo del subsuelo como la decisión tomada por los y las ecuatorianas el 20 de agosto de 2023 par dejar de extraer crudo del Parque Nacional Yasuní.
Hoy, con el auge de la economía digital, la posibilidad de fraudes vinculados al mercado de carbono se acrecienta por falta de seguimiento, facilidad para crear activos digitales son control, y con el mayor acercamiento a comunidades locales con ofertas millonarias, ante las cuales las organizaciones vulnerables entran en el negocio de las compensaciones de carbono sin conocer el origen de los recursos ni el destino de los créditos de carbono.
APC tiene el reto, y el mandato, de profundizar el debate acerca del papel de la digitalización de las sociedades y la economía sobre los derechos humanos, ambientales y de la naturaleza. También APC debe avanzar hacia la promoción de una mayor conciencia alrededor de que las tecnologías y lo digital no necesariamente implica una desmaterialización de los procesos productivos. Por el contrario, puede ser que en este camino se esté utilizando más energía y más materiales para estos procesos. Igualmente, debe corroborar que las propuestas de carbono neutral o carbono cero, al igual que las llamadas energías renovables corporativas y a gran escala no formen parte de las propuestas de democratización y el acceso popular a internet. Tampoco las nuevas tecnologías informáticas, que deben estar a favor y bajo el control de los pueblos, deben reproducir la espiral de devastación en que nos encontramos. Por el contrario, deben promover la despetrolización de las sociedades y emancipar al planeta de los combustibles fósiles.
Ivonne Yanez es defensora ambiental y cofundadora de Acción Ecológica, organización miembro de la red APC. Lleva 20 años trabajando en cambio climático, servicios ambientales y economía verde. Además es una abuela feminista apasionada de la ciencia ficción y los viajes en el tiempo.