Una investigación hecha recientemente por ABC en Australia reveló que cientos de personas experimentan acoso y abuso sexual en Tinder, y lo más abrumador es que Tinder suele ignorar a quienes solicitan ayuda a la app luego de sobrevivir a alguna de esas situaciones. El estudio vuelve a poner en el candelero la necesidad de que haya intermediarios de internet, incluso en las empresas de citas en línea, que tomen medidas más activas para combatir la violencia de género que habilitan esas plataformas. El público exige cada vez más que las apps y los sitios web de citas como Tinder, Bumble, Grindr y Hinge asuman esta responsabilidad moral, pero la posición legal sobre el asunto es poco clara.
La mayoría de los países carecen de un marco legal claro que establezca las obligaciones o responsabilidades de los intermediarios en relación a la prevención y respuesta frente a casos de violencia de género contra mujeres en línea, y menos aún en lo que se refiere a violencia sexual fuera de línea que haya sido facilitada por las plataformas en línea. En algunos países, las disposiciones de protección legal establecidas para preservar la libertad de expresión en línea, cuyo objetivo era proteger a los intermediarios de la responsabilidad sobre los contenidos de terceras partes que se alojaran en sus plataformas, se ampliaron para proteger a los intermediarios de cualquier responsabilidad por las acciones ilegales cometidas por terceras partes utilizando la plataforma. Por ejemplo, en Estados Unidos, Grindr resultó exento de responsabilidad bajo la sección 230 de la Ley de decencia de las comunicaciones (la disposición de protección legal en el derecho de Estados Unidos). Esto fue así a pesar de que Grindr no llevó a cabo ninguna acción en respuesta a más de cincuenta solicitudes de eliminar perfiles falsos creados por la ex pareja de un usuario, que llevaron a que cientos de hombres acosaran al usuario en su hogar. Por otro lado, los tribunales de justicia de Israel hallaron culpables a sitios web de citas que no habían eliminado perfiles falsos que utilizaban información personal de otro usuario/a y dictaminaron el pago de compensaciones para tales casos.
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Imagen: Espalda de una mujer en la que se lee "el amor no debería doler", de Sydney Sims en Unsplash.