En muchos países, los operadores de redes se disponen a desplegar redes 5G, una tecnología que sucede a la 4G y que permite en dispositivos móviles navegar a unos 400 megabits por segundo. Su impulso, que tendrá efectos en distintos ámbitos, requiere un análisis detallado de hacia dónde nos estamos dirigiendo. ¿Qué intereses están en juego y qué consecuencias pueden tener estos cambios en los derechos humanos y la justicia social? ¿Puede la tecnología 5G reducir la brecha digital?
En estos aspectos se centra la trilogía de ensayos de Peter Bloom, fundador de la asociación civil miembro de APC Rhizomatica, que trabaja en aumentar y mejorar el acceso a las comunicaciones inalámbricas y a las tecnologías de información y comunicación, principalmente en poblaciones rurales e indígenas. Según Bloom, “El impulso a la tecnología 5G está relacionado con fuertes intereses gubernamentales, de instituciones financieras y empresas de telecomunicaciones , por eso es importante analizar las consecuencias de la toma de decisiones en este ámbito y a quién benefician".
"Un problema fundamental es que el 5G no está centrado en los humanos"
En el primer ensayo de la serie, Hablando de mi generación (5º), Bloom nos muestra qué supone el mercado de integración vertical que proponen quienes toman las decisiones, con un papel cada vez menor de la sociedad civil. Detalla las implicaciones técnicas y regulatorias, en especial con respecto al uso del espectro, y los riesgos potenciales en el ámbito de la privacidad y el espionaje, y subraya el cambio de enfoque que se plantea con la implantación del 5G. "Mi conclusión es que el supuesto de asegurar que todo el mundo tiene el derecho a comunicarse y acceder a información, un objetivo loable, ha sido remplazado por esta nueva motivación de conectar todavía más a los que ya de por sí se encuentran conectados, a través de una gran cantidad de nuevas y mejoradas tecnologías".
Esta tecnología, por tanto, difícilmente servirá para reducir la brecha digital, profundiza Bloom en el siguiente ensayo, "La tecnología 5G no reducirá la brecha digital y podría incluso empeorarla". Con la atención cada vez más centrada en el siguiente nivel de conectividad, el sector del móvil se aleja de la idea de conectar a los no conectados, subraya. "La industria de la telefonía móvil está en las puertas de una nueva revolución, solo que es una que tiene poco o nada que ver con incrementar el acceso o la asequibilidad", y añade:
"Un problema fundamental es que el 5G no está centrado en los humanos. La comunicación entre los seres humanos es solo una pequeña parte del paquete, como también lo es el acceso a la información y el diálogo entre pares. (...) Cuando la gente ya no es el foco intrínseco del sistema de comunicación, entonces algo fundamental ha cambiado en la naturaleza y el propósito de la red. Las redes 5G están siendo construidas para hacer algo distinto y si estamos preocupados en cómo de 3 a 4 billones de personas en el planeta podrán ejercer sus derechos fundamentales a la comunicación y la información, entonces debemos buscar en otro lado".
Para abordar la realidad de la mitad faltante de la población mundial, "es tiempo de encontrar formas adicionales o distintas de resolver el problema de la brecha digital que no estén solo basadas en telefonía móvil a gran escala" , propone Bloom, que ahonda en las implicaciones del tan manido concepto de "hiperconectividad" en el último ensayo, "El derecho a la red: Sobre capitalismo y redes de próxima generación". Como estrategia, propone presionar para obtener mejores políticas y regulaciones que fuercen a los gobiernos y compañías a invertir "en infraestructura en lugares sin conexión, en acceso abierto y justo al espectro radioeléctrico, en interconexión y derechos de conectividad para redes comunitarias y para pequeñas y medianas empresas. También es necesario un uso efectivo y acceso a las increíbles sumas de dinero despilfarradas en Fondos de Servicio Universal. Muchos de nosotros estamos trabajando en esto y lo hemos hecho ya por un tiempo, pero el avance es lento y las barreras son muchas".
Como parte de este trabajo, una estrategia clave es la de promover infraestructura gestionada y operada localmente. En eso se centra el proyecto que lleva a cabo APC con Rhizomatica Conectar lo no conectado: apoyo a las redes comunitarias y otras iniciativas de conectividad con base en la comunidad, con el objetivo de contribuir a un ecosistema que permita que emerjan y crezcan estas iniciativas en países en desarrollo.
Lee el artículo sobre esta trilogía de ensayos sobre 5G y sociedad en inglés aquí y los ensayos originales en la web de Rhizomatica.