Las Escuelas Nacionales de Redes Comunitarias constituyen un esfuerzo colectivo de capacitación para crear y desarrollar redes comunitarias en cinco países: Sudáfrica, Kenia, Nigeria, Indonesia y Brasil. Forman parte de una estrategia de cultivo de enfoques comunitarios y sostenibles de la inclusión digital y la conectividad significativa en comunidades remotas o marginadas.
Se trata de un trabajo compartido que ha sido posible gracias a la colaboración.. En cada país hubo una organización de apoyo que promovió e impulsó las escuelas: Zenzeleni Networks NPC en Sudáfrica; TandaNet en Kenia; CITAD en Nigeria; Common Room en Indonesia; y Projeto Saúde e Alegria en Brasil. Estas organizaciones de apoyo diseñaron cada escuela de forma que tuviera autonomía y arraigo en su realidad local y reunieron alrededor de 21 participantes de siete comunidades locales en cada país (pueden verse en las imágenes que acompañan este trabajo), todos/as con deseos de fortalecer o desarrollar una red comunitaria en la región
Las escuelas contaron con apoyo de la iniciativa Redes locales, un esfuerzo colectivo liderado por APC (Asociación para el Progreso de las Comunicaciones) y Rhizomatica, en conjunto con gente y organizaciones de África, Asia y América Latina y el Caribe. Como parte del proyecto Apoyo a estrategias lideradas por la comunidad para abordar la brecha digital, también recibieron apoyo financiero del Programa para el acceso digital del Reino Unido
El objetivo del diseño y la implementación de las Escuelas nacionales de redes comunitarias fue fortalecer la autodeterminación individual y colectiva mediante la creación de un espacio en el que los miembros de la comunidad pudieran compartir conocimientos y obtener capacitación y apoyo. Los procesos de las escuelas se dedicaron también a fomentar la acción y el activismo conjuntos a favor del movimiento de redes comunitarias tanto a nivel nacional, como internacional.
Del conocimiento a la práctica
El paso inicial, en 2021, fue que cada escuela diseñara su programa de formación con un marco participativo. Siguieron la metodología de investigación de acción participativa (PAR, por su sigla en inglés) de la guía La autonomía tecnológica como constelación de experiencias (2021) para definir las actividades y el proceso a desarrollar según las necesidades e intereses locales. Ls actividades, que se llevaron a cabo entre 2021 y 2023, incluyeron capacitaciones presenciales y en línea, además de sesiones de orientación sobre diversos temas relacionados con las redes comunitarias tales como servicios e infraestructura, sostenibilidad, políticas y reglamentaciones, y comunicación.
Después de las sesiones de capacitación, en varios países, cada participante regresó a su comunidad y recibió apoyo y orientación a fin de llevar a cabo acciones locales en las que pudieran aplicar los conocimientos adquiridos de forma que tuviera sentido para la situación local. Por ejemplo, en Brasil, durante este mes, los y las estudiantes de la organización Coletivo Guardiões do Bem Viver, un grupo de jóvenes comunicadores/as que defienden el derecho a la tierra, lograron inaugurar el espacio Uxicará en la radio en internet con un punto de conectividad en la región PAE Lago Grande donde viven 154 comunidades y 6.600 indígenas y familias ribereñas.
“Sin duda, en el futuro nos gustaría ver la continuación de la Escuela Amazonas de redes comunitarias y que se replique en más escuelas, ya que sus principios de colaboración son coherentes con nuestro trabajo y reafirman su esencia en lo relativo a las estrategias de fortalecimiento y gestión. También en cuanto a la autonomía de la comunicación comunitaria y las redes de conectividad en las comunidades”, declaró Adriane Gama, que trabajó con la organización de la sociedad civil brasileña Projeto Saúde e Alegria para organizar la escuela de Brasil.
En Sudáfrica,los resultados también fueron importantes en cuanto a la participación de mujeres, ya que la red comunitaria Seoding, del Cabo Norte, dio origen a la primera comunidad liderada por una mujer, desafiando visiones estereotipada de las mujeres como alejadas de los trabajos técnicos. Además, el costo de internet en Sudáfrica se encuentra entre los más altos del mundo, lo que se convierte en un obstáculo para muchas personas. Zenzeleni considera que la escuela constituye un paso concreto que habilitará a las comunidades de base a promover la inclusión digital en sus propios términos.
Todas las escuelas desarrollaron su programa con autonomía y tuvieron tanto éxito que las organizaciones nacionales que las impulsaron en este proyecto están considerando replicar el modelo y seguir trabajando con este tipo de iniciativas de formación en el futuro.
Sin embargo, los planes para el futuro implican la necesidad de contar con socios y financiación institucional para poder llevar a cabo proyectos como éste y construir un equipo multidisciplinario a fin de desarrollar acciones colectivas. La continuidad de las escuelas depende de obtener esos recursos, socios y apoyos.
Este ensayo fotográfico ofrece un panorama del particular viaje de esas comunidades que ayudan a generar cambios para cerrar la brecha digital (cliqueando sobre las imágenes que siguen, podrás verlo).
Fotografías: Daniella Bello (Sudáfrica, Brasil e IGF), Débora Prado (Brasil) y cortesía de Zenzeleni NPC (Sudáfrica), CITAD (Nigeria), TandaNet (Kenia) y Common Room (Indonesia)
Débora Prado es una periodista y activista que trabaja en las áreas de comunicación social, feminismo y derechos humanos. Actualmente, es asociada de comunicación de APC para la iniciativa Redes locales.