Un proyecto registrado como cooperativa, Zenzeleni significa “hágalo usted mismo” en isiXhosa. ¿Qué fue lo que llevó a esta asombrosa iniciativa comunitaria?, se pregunta en el sitio web del proyecto. La breve respuesta es “¡los precios!”, ya que comparados con los de países similares, los costos de la comunicación en Sudáfrica todavía son muy altos. Pero es más que los precios, contó Masibulele Jay Siya, cofundador de Zenzeleni, en una entrevista con APC, poco después de que su organización se uniera a la red de APC.
La historia de Mankosi
Jay nos relató la historia de Mankosi, un pueblo del Cabo Oriental que se unió para construir y mantener su propia red de telecomunicaciones y ofrecer comunicaciones a precios accesibles a la población rural del Cabo. El propósito mayor del proyecto fue crear un modelo de implementación sustentable de telecomunicaciones para comunidades rurales de Sudáfrica.
El área administrativa de Mankosi es una comunidad rural tradicional dentro del Municipio de Nyandeni en la Provincia de Cabo Oriental y una de las zonas más desfavorecidas del país. Como en muchas otras zonas rurales, hasta hace muy poco no había infraestructura de internet.
“La mayoría de la gente de zonas rurales de Sudáfrica no tiene ninguna infraestructura de internet, lo cual limita su acceso a mejores recursos y condiciones de vida en el mundo de hoy”, señaló Jay a APC. “Pero si quieres ayudar, debes hacerlo empoderando a las personas de manera que puedan apreciar el valor de estar conectadas. Así que lo primero que hicimos fue hablar con las autoridades locales, pero también nos aseguramos de que cada integrante de la comunidad pudiera expresarse”.
¿Cómo tomó forma el proyecto? Zenzeleni empezó de la nada, en lugares sin electricidad. “Queríamos proporcionar a la comunidad servicios de voz más baratos y tuvimos que ser creativos, así que recurrimos a paneles solares”. Con un presupuesto inicial proporcionado por la Universidad de Cabo Oriental para la compra de hardware y formación para su instalación, el proyecto se concentró en construir sistemas diseñados localmente, con instaladores elegidos por la comunidad. “Luego de la instalación debimos enfrentar muchos problemas técnicos y económicos, como de qué manera cargar los teléfonos móviles, que todavía estamos tratando de resolver”, explicó Jay.
Énfasis en el factor comunitario
Cuando se le preguntó por el mayor desafío que debieron enfrentar, Jay mencionó la resistencia inicial al cambio. “Los cambios tecnológicos implican frustración y se necesitan soluciones sustentables. En muchas zonas rurales encontramos computadoras que estaban allí abandonadas y nadie las usaba porque nadie les enseñó a hacerlo. Por lo que gran parte de nuestro trabajo ahora es proveer servicios a las escuelas, recolectando datos para ver para qué necesitan internet, de modo que la encuentren útil, y creando soluciones sustentables para que los maestros y maestras puedan usarlas con sus estudiantes. Hubo proyectos de capacitación anteriores, pero no estaban hechos desde abajo, por lo que las comunidades nunca los vieron como propios. Se necesita capacitación y queremos hacerla en forma local, a través de personal locales, formando formadores/as”.
En el proyecto Zenzeleni todo el énfasis se pone en el factor comunitario. “Entendemos comunidad como personas que se reúnen para ver cuáles son los problemas y encontrar juntas la solución. Pero no se trata sólo de internet, sino de la colaboración, los recursos, las necesidades sociales, la construcción de algo juntos”.