Uno de los proyectos más destacados de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC) es el Monitor mundial sobre la sociedad de la información (MMSI o GISWatch, por su sigla en inglés), que este año se ha dedicado a redes comunitarias. Como parte de una colaboración entre APC y Rising Voices (RV), un proyecto de Global Voices, RV ha publicado versiones de los informes del Monitor para destacar las diversas redes comunitarias alrededor del mundo. Esta es la traducción de una versión del informe de país sobre Brasil publicado originalmente en inglés en el sitio web de GISWatch y republicado en Rising Voices.
Gracias a Rising Voices y a Andrea González por la traducción.
Para comprender cómo se desarrollaron las redes comunitarias de radio de alta frecuencia en el Amazonas brasileño, es importante considerar las características geográficas y los antecedentes históricos y socioeconómicos de las reservas extractivistas del país. Al recurrir a estos factores explicamos la novedad de nuestra solución técnica –desarrollar una conexión autónoma local en la selva tropical del Amazonas con radios digitales en banda de alta frecuencia– y por qué es la solución más adecuada en este contexto. Pusimos en perspectiva los aspectos de la infraestructura disponible y el contexto local como los principales factores que definieron una solución que pueda satisfacer las necesidades y deseos de obtener información y soluciones de comunicación para la población local.
Antecedentes socioeconómicos e históricos
La región del Amazonas, que se extiende a través de muchos países sudamericanos, es una de la menos desarrolladas en cuanto a infraestructura de la tecnología de información y comunicación (TIC) se refiere pues existe poca inversión en este rubro. Para muchas comunidades del lugar, la única tecnología para comunicarse que tienen a su disposición son los transceptores de radio de alta frecuencia, que son prácticos y asequibles y han sido utilizados por décadas.
A pesar de que la primera red de radio digital en utilizar la banda de radio de alta frecuencia en la selva tropical del Amazonas brasileño fue creada en el estado de Acre en 2014-2015, los transceptores de radio de alta frecuencia –dispositivos que permiten la comunicación bidireccional directa entre dos transceptores sin ningún punto intermedio– ya existían y fueron utilizados por la población durante un largo periodo. Los lugareños recuerdan cuando los patrãos (patrones), propietarios y administradores de las plantaciones de caucho en Brasil, los utilizaban. Hasta comienzos de la década de 1980, los seringueiros (caucheros) formaron parte del grupo de muchas generaciones de migrantes de la región noreste de Brasil, junto con algunos pueblos indígenas que habitaron la selva tropical del Amazonas, que a menudo fueron esclavizados y forzados a trabajar en la industria de la extracción del caucho. Con el objetivo de acabar con esta represión y las privaciones, los caucheros se organizaron con el movimiento laboral y los ecologistas. Esto conllevó a su liberación y a la creación de la primera reserva extractivista (reconocida legalmente) dentro del Amazonas brasileño en 1990 –la Reserva Extractia de Alto Juruá. Como consecuencia de esta lucha, los caucheros reclamaron su derecho a vivir, trabajar y organizar sus propias vidas en el territorio donde anteriormente habían sido obligados a trabajar bajo condiciones difíciles.
Geografía de la Reserva Extractivista de Alto Juruá
La reserva extractivista de Alto Juruá se ubica en el estado de Acre, en el límite fronterizo con Perú, y comprende un área de 506 000 hectáreas de selva y ríos. Es un territorio administrativo federal establecido como una reserva natural que permite a las comunidades tradicionales vivir y generar su sustento, entre esto por medio de la extracción de recursos naturales, dentro de la zona de conservación, basados en el supuesto de que su forma tradicional de vida favorece y mejora la protección de las áreas naturales. Por consiguiente, los habitantes pueden vivir de la tierra y ríos de la reserva extractivista; no obstante, también enfrentan la necesidad de encontrar formas sostenibles de practicar la agricultura y de mantener sus vidas en la reserva sin agotar el entorno natural. Esta forma de coexistir con el medio ambiente garantizaría la conservación de la selva y sus habitantes.
Por años el principal desafío de las comunidades tradicionales e indígenas de la selva amazónica are que estaban aisladas y dispersas, sin acceso a la comunicación. La única forma de transporte disponible son los ríos y no existe una red de suministro eléctrico dentro de la reserva, lo que deja a la población con la opción de utilizar generadores que funcionan con combustible o energía solar. Por lo tanto, el transporte y la energía son costosos e inasequibles para la mayoría de la población de la reserva extractivista.
La precaria infraestructura pública dentro de las reservas también vuelve casi imposible el acceso a los servicios públicos. Por ejemplo, muchas familias reciben apoyo financiero del programa gubernamental Bolsa Família, las madres de familia reciben un subsidio por cada hijo, con la condición de que asistan a la escuela. Las escuelas dentro de la reserva deben proporcionar el transporte para que los niños puedan asistir a clases. En la práctica, no obstante, a menudo esto no funciona, en su lugar los niños permanecen en el hogar. Esto tiene un efecto directo particularmente con las niñas: cono no hay educación primaria, ellas no tienen opción de continuar sus estudios o de obtener un empleo fuera de su entorno inmediato, y las únicas opciones que tienen son contraer matrimonio a temprana edad (de 13 o 14 años) o quedarse en casa para cuidar de los niños y realizar las tareas del hogar.
En la actualidad, las reservas de la selva tropical del Amazonas están en peligro. Sin vigilancia ni protección de parte del Ejército o Estado, las reservas extractivistas representan un blanco fácil para las actividades de extracción ilícitas, como tala de árboles, cacería, y extracción de metales preciosos y otros recursos naturales, como el petróleo. Tras el declive de la industria de extracción del caucho en Brasil, los caucheros también necesitaron encontrar formas de mantener sus vidas dentro de la reserva, y recientemente, muchos optaron por trasladarse a las áreas urbanas con la esperanza de tener mejores vidas y trabajos.
Todos estos aspectos se tomaron en consideración cuando comenzó nuestra labor comunitaria. Hubo necesidad clara de un medio de tecnología de la información y comunicación que pudiera ayudar a los lugareños controlar su territorio, organizar y coordinar sus acciones, intercambiar información con el centro municipal y recibir apoyo con los servicios básicos, como la atención sanitaria y la educación. Al considerar la falta de infraestructura y las largas distancias entre las comunidades separadas por una selva impenetrable y su deseo de utilizar los transceptores de radio, la solución para establecer una conexión comunitaria en este contexto fue desarrollar una solución autónoma y asequible aprovechando la infraestructura antigua existente.
La red amazónica de radio digital de alta frecuencia en Acre
Para brindar una conexión a la comunidad se implementó como solución una red de radio digital de alta frecuencia, y actualmente opera en dos estados de la selva amazónica brasileña: en la Reserva Extractivista de Alto Juruá en Acre y en la región de Terra do Meio en el estado de Pará.
La Reserva Extractivista de Alto Juruá cuenta con una red de siete radios dentro de la reserva y una estación de distribución principal en la ciudad de Marechal Thaumaturgo. Esta red es el resultado de una colaboración a largo plazo que inició en 2013 entre las comunidades tradicionales e indígenas en Acre y los investigadores y profesores de la Universidad de Brasilia, la Universidad del estado de Sao Paulo y la Universidad de Campinas. La red se desarrolló como parte de un proyecto de investigación académica denominado “Fonias Juruá” para dar infraestructura de información y comunicación a las comunidades rurales del Amazonas que están desatendidas por las redes de comunicación e información regulares y comerciales. Se basó en las solicitudes de una comunicación bidireccional realizadas por 24 comunidades tradicionales en la reserva Alto Juruá, que aspiró involucrar a los lugareños en el proceso de participación política y promoción de la autonomía a través de una experiencia conjunta sostenible. Al momento, la cifra estimada de usuarios es alrededor de 500 personas.
Requirió de cuatro años desde que comenzaron las conversaciones con la comunidad hasta adquirir el equipo y realizar el primer viaje hacia la reserva extractivista, donde se instalaron las primeras seis estaciones de radio con la colaboración de los líderes comunitarios y los lugareños que residen dentro de la comunidad. Se instalaron cinco de las radios dentro de la reserva y una estación en la ciudad de Marechal Thaumaturgo, que funciona como un centro de distribución para conectar e intercambiar información entre todas las estaciones. La idea era que Marechal Thaumaturgo proporcionara información y noticias relevantes desde el punto de vista social y político a la reserva extractivista, y eso serviría como un incentivo para fomentar la comunicación y el intercambio de información dentro y fuera de la reserva. También fue necesario que los habitantes de la reserva hablaran con sus familiares en la ciudad de Marechal Thaumaturgo, intercambiaran información sobre la producción local y los precios de los bienes y servicios, solicitaran asistencia médica y recibieran consejos sobre servicios sociales y acceder a información que fuera importante a nivel local. Otro aspecto importante de la comunicación fue denunciar las actividades ilícitas que acontecen en la reserva, como la tala de árboles, la cacería y la minería.
Actualmente, la red de radio de alta frecuencia de Acre se compone de ochos radios de comunicación bidireccional –un sistema de transmisión punto a puntos múltiples que permite a cada estación en la red recibir la transmisión y comunicarse entre sí. Este sistema es autónomo, requiere mantenimiento mínimo y es fácil de utilizar por cualquier miembro de la comunidad después de recibir una capacitación básica. La solución se compone de transceptores de alta frecuencia estándar, antenas dipolo horizontales de cable común posicionadas para que funcionen en modo de onda celeste de incidencia casi vertical (NVIS), y técnicas de radio definidas por software (SDR) para la comunicación digital. Como no existe energía o infraestructura para el suministro eléctrico, cada estación de radio funciona con paneles solares y baterías, y lo convirte en un sistema ecológico.
Desde su creación, las comunidades locales han utilizado regularmente la red sin mayores problemas. En 2016, obtuvimos éxito en las pruebas realizadas con un sistema de transmisión digital basado en el estándar de Digital Radio Mondiale (se intentó por vez primera en 2015 pero el resultado fue parcial). La solución para la transmisión digital está conformada mediante el uso de una computadora incrustada, un interfaz para la radio y un programa SDR. Logramos enviar archivos de texto e imágenes a través del radio, en la banda de alta frecuencia de 80 metros 83545 kHz), hasta lugares que se encontraban a una distancia de 100 km.
Comparación de las dos redes: un vistazo a la red de radio digital de Terra do Meio
La red en el estado de Pará no tiene un nombre formal, pero nos referimos a ella aquí como la “red de radio digital de Terra do Meio”. La red funciona con una estación principal instalada en la ONG Instituto Socioambiental (ISA), con otras estaciones independientes (alrededor de diez) en la zona urbana de Altamira, que proporcionan servicios especiales y comunicación. En el área rural de la selva amazónica existen por lo menos 50 estaciones, es decir, de manera similar que la red de Fonias Juruá, esta red se puede considerar predominantemente rural. La red fue configurada por ISA, SDR Telecom (una compañía fundada por un miembro del proyecto Fonias Juruá) y los habitantes de la región de Terra do Meio. La red posee más de 4000 usuarios.
Comparada con la red comunitaria en Acre, la red de radio digital en Terra do Meio es considerablemente más grande, y cuenta con alrededor de 60 estaciones de radio que se extienden a lo largo de la región. Debido a esto, la red conecta a muchas más comunidades, por lo que su uso crea una alta demanda. El uso diario es vital para la población local. Por ejemplo, en algunos casos cuando las personas viajan a otros lugares en la región, llevan consigo sus radios y al momento de llegar a su destino los ensamblan para poder comunicarse. En una reunión, presenciamos una fila de personas en espera de utilizar el radio para hablar con sus familiares y conocidos, por razones personales o comerciales. Este potencial de la red no sería posible si fuera pequeña. Como consecuencia, el tamaño de la red juega una parte relevante en su utilidad.
A pesar de los contextos sociales y geográficos muy similares, la manera en que operan ambas redes es diferente en términos de propiedad (la forma en que poseen y comparten los radios), así como el incentivo económico para utilizarlos. Aquí la capacidad económica de los miembros de la comunidad juega un papel definitivo en la forma en que la red de radio se desarrolla y se extiende dentro del territorio de la selva, así también cómo los miembros de la comunidad atribuyen importancia al uso de los mismos. Basados en nuestras observaciones, podemos afirmar que en Pará el uso de la red es por razones económicas. Las personas en las comunidades realizan actividades comerciales a diario a través de los radios, por lo tanto, los utilizan con más frecuencia y regularidad. Este factor aparentemente tuvo un impacto en el mantenimiento de la red.
En Acre observamos que solo en una comunidad los miembros le dieron más importancia al mantenimiento del radio, a diferencia de la asistencia de mantenimiento recibida por el equipo del proyecto. En esta comunidad, el jefe de hogar, donde se instaló una estación de radio, tuvo un interés personal en darle mantenimiento pues lo utilizaba para gestionar su propio negocio –en otras palabras, hubo un incentivo económico. De su propio bolsillo, cubrió el gasto para adquirir una nueva batería, cuando su vida útil terminó, para mantener el radio funcionando. Esto sugiere que las redes que permiten la actividad económica de las comunidades tienen una posibilidad más fuerte para la sostenibilidad.
Fortaleciendo a las mujeres
Existe una clara división de trabajo en la Reserva Extractivista de Alto Juruá que se estableció a través de los años, y quedó definida por la forma de vida en la reserva. La mayoría del trabajo duro que requiere fuerza física, como la cacería y la agricultura, la realizan los hombres, mientras que las mujeres tienden a permanecer en casa para cocinar y cuidar de la familia y el hogar. No obstante, cuando se trata de tomar decisiones, las mujeres asumen un papel de igualdad y participan activamente.
En una comunidad cuando realizaron una reunión para decidir y votar en qué casa se instalaría el radio, una mujer votó públicamente en contra de su esposo cuando este propuso tenerlo en su hogar. En otra comunidad, las mujeres fueron muy proactivas en la reunión comunitaria, expresaron sus inquietudes y realizando preguntas. Se involucraron tanto que inclusive participaron en el proceso de instalación de las antenas y ayudaron a cavar agujeros para instalar los postes de madera junto con los hombres –actividad que solo realizaban los hombres en otras comunidades. Las primeras voluntarias que probaron utilizar el radio fueron unas adolescentes, que aparentaron ser menos tímidas que los jóvenes de su misma edad quienes se resistieron utilizarlo por primera vez frente a todos los presentes.
Dado que las mujeres tienden a cuidar de las tareas del hogar, es natural que permanezca cerca de la radio durante el día y parecen ser más entusiastas a hablar y compartir noticias con otros, comparado con los hombres.
Para obtener más información sobre las acciones tomadas por Brasil, por favor visita el informe completo en el sitio web de GISWatch.