En tiempos de pandemia y cuarentena se viralizó en redes sociales el mensaje de Pedro Parrado, uno de los pilotos de Aerolíneas Argentinas que participó de manera voluntaria de los vuelos a los países afectados por el COVID-19 para repatriar a los argentinos varados en el extranjero. Minutos después de haber aterrizado en Ezeiza, Parrado cerró su cálida bienvenida con las siguientes palabras: “Espero que pronto podamos volver a nuestra vida normal, sin mayores complicaciones. Les mando un fuerte abrazo y principalmente bienvenidos a casa”. Estas palabras resuenan en nuestra cabeza durante días. Y con ellas surgen dos preguntas fundamentales: ¿qué significa volver a la vida normal? ¿Cómo les afecta a las niñas y mujeres estar en cuarentena en sus casas?
En Argentina y de acuerdo al Decreto de Necesidad y Urgencia #297-2020 el aislamiento social y preventivo es obligatorio. Para quienes no cumplan con esta medida se dará actuación a la autoridad competente, en el marco de los artículos 205, 239 y concordantes del Código Penal. Se trata de una medida de fuerza mayor para evitar que el COVID-19 contagie a miles de personas en suelo argentino y se sature la capacidad del sistema de salud. La medida se desarrolla en un contexto general de consenso político, basada en la evidencia disponible al momento, con el objetivo de intentar contener esta pandemia.
Sin embargo, por estas horas no dejaron de surgir cuestionamientos en las redes sociales en relación a las medidas preventivas para evitar que las víctimas de violencia de género estén obligadas a hacer cuarentena con sus maltratadores, exponiéndose a violencia física y psicológica como consecuencia de la política de aislamiento obligatorio. Asimismo, el gobierno nacional, a través del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, reforzó los canales de comunicación para atender denuncias, además de informar que las mismas aumentaron un 30% en los últimos días.
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