Internet puede ser una poderosa herramienta de comunicación y articulación política para las comunidades que luchan por sus derechos, sus tierras y su modo de vida, como sucede con los pueblos indígenas guaraníes de Brasil. Pero también puede ser una fuente de riesgos, como muestran las experiencias vividas en 21 pueblos del territorio indígena guaraní Tenondé Porã.
La ausencia de conexión a internet tiene raíces históricas, ya que los proveedores comerciales han desatendido esta región sistemáticamente. Este ha sido un obstáculo para la comunicación entre los diversos pueblos de la región e incluso de la comunicación con otras comunidades guaraníes que viven en Brasil y en otros países de Latinoamérica.
Para superar ese desafío, la comunidad empezó a construir su propia red comunitaria en 2021, como parte un proyecto en colaboración con Intervozes, organización de sociedad civil brasileña y miembro de APC. Una vez que empezaron a ocuparse del asunto, se dieron cuenta de que la lucha para conseguir conectividad era también una lucha por la autonomía. Internet podía generar un impacto positivo o negativo en su vida, y la decisión de cuándo y cómo conectarse debía depender de la comunidad.
Intervozes explica, en el informe de su proyecto que:
Esta reflexión dio lugar al nacimiento de la red Nhandeflix en 2022, una plataforma de contenidos indígenas que funciona en su propia intranet. Este proyecto muestra que los procesos y acuerdos colectivos pueden dar una mejor respuesta a las necesidades de las personas que las tecnologías digitales de moda. “Una red comunitaria no sólo es una alternativa frente al problema de la falta de conexión, sino que, además, puede verse como un proceso de apoyo a las comunidades para aumentar su autonomía tecnológica y territorial”, opina Pedro Ekman, uno de los coordinadores de proyecto de Intervozes.
Las redes comunitarias como proceso abierto
Los 21 pueblos del territorio indígena guaraní Tenondé Porã se encuentran en un área que se extiende desde el sur de la ciudad de São Paulo hasta la costa del estado y preserva una parte de lo que resta de selva atlántica en dicha región. Los pueblos se enorgullecen también de ser el hogar de uno de los últimos “ríos vivos” de la ciudad de São Paulo, una megalópolis que genera mucha contaminación en las aguas de sus alrededores.
Todos estos territorios sufrieron en el pasado por el paso de las vías férreas. Los pueblos indígenas formaron un comité para gestionar en conjunto las compensaciones previstas en la legislación brasileña para proyectos ambientales que causan un impacto ambiental significativo y para articular políticamente la defensa de sus tierras y sus derechos en Brasil. En este contexto, la necesidad de contar con acceso a internet se relaciona con procesos históricos de organización y comunicación para generar la movilización política de los pueblos indígenas. Dado que se trata de una zona abandonada por las operadoras comerciales, la red comunitaria surgió como alternativa para cerrar la brecha de conectividad.
Las redes comunitarias varían mucho según los contextos locales. En este proyecto, la red comunitaria se concibió como forma de promover el acceso local a través de una intranet y también de conectar pueblos construyendo una infraestructura de Wi-Fi local, mediante la contratación de un vínculo satelital. Los costos son compartidos entre los miembros de la comunidad. Durante la instalación de poderosos routers en los 21 pueblos para ampliar la conectividad, Intervozes y sus aliados facilitaron encuentros y talleres con las comunidades a fin de establecer acuerdos específicos sobre el acceso a internet en cada pueblo.
En este proceso, los miembros de la comunidad también tuvieron que abordar un conflicto emergente en cuanto al uso de internet, sobre todo entre los miembros jóvenes y adultos de la población: la vida comunitaria comenzó a complicarse porque las grandes corporaciones de internet empezaron a captar la atención de dichos grupos en forma excesiva e ininterrumpida.
Nhandeflix prioriza los contenidos indígenas
La plataforma Nhandeflix surgió de la necesidad de resolver este conflicto. Funciona con un menú en el que se presentan contenidos audiovisuales indígenas gracias a una red local de Wi-Fi, accesible en toda la región sin necesidad de conexión a internet. Luego de varias conversaciones, cada pueblo implementó sus bloqueos y el tiempo de internet para acceder a la red. Se generaron acuerdos colectivos sobre los períodos durante los cuales se bloquearía el acceso a internet y se priorizarían los contenidos de la intranet local y los contenidos indígenas de Nhandeflix.
Si bien en muchos países la medida de bloquear el acceso a los contenidos de internet por parte del gobierno es autoritaria, en este caso se trata precisamente de lo contrario, ya que responde a una decisión colectiva: hubo un diálogo y cada comunidad elaboró colectivamente las reglas de su red comunitaria. El bloqueo del acceso a internet durante algunas horas diarias para darle prioridad a la red local surgió como una alternativa válida para promover la autodeterminación, en lugar de ponerla en peligro.
“La respuesta a este problema no podía venir de un dispositivo electrónico o similar; tenía que ser creada por la propia comunidad, que tuvo que ponerse de acuerdo sobre el uso y la relación con la tecnología”, indica Intervozes en su informe Iniciativa de Local Networks (LocNet): Programa de fondos para redes comunitarias que sirvió de apoyo a este proyecto.
La plataforma recibió el nombre de Nhandeflix por su similitud con la plataforma de streaming Netflix pero con contenido indígena, ya que Nhanderecó es el término para referirse al modo de vida guaraní en su propia lengua.
Imágenes: Fotografías de un corto documental sobre la experiencia, realizado por Intervozes.
Al principio no existía producción de contenidos locales para la plataforma, así que un comité se dedicó a curar una serie de contenidos existentes de los guaraníes y otros pueblos indígenas, además de algunos contenidos no indígenas que le parecieron interesantes. Buena parte de esas producciones ya está en internet, pero rara vez se ve porque los contenidos creados por las grandes corporaciones dispersan la atención de las personas. Para estar disponible en la intranet, el contenido se descarga en un servidor local al que se puede acceder en cualquier momento. Dado que este servidor tiene una memoria limitada, también se implementaron procesos de gestión de contenidos para actualizar periódicamente el material disponible en Nhandeflix.
Según Intervozes, Nhandeflix ha sido un éxito. Como sólo funciona la intranet, la atención de las personas jóvenes se dirigió hacia una tecnología digital enfocada en el modo de vida indígena, en lugar de distanciándose de él. “Algunos miembros jóvenes de la comunidad se ofrecieron como voluntarios para aprender la parte técnica de la construcción de la red e incluso empezaron a ayudar en la construcción y el mantenimiento de la misma”, celebra la organización en su informe.
Para Pedro Ekman, uno de los desafíos al mirar hacia el futuro es, precisamente, mantener el compromiso generado. “Este año estamos empezando a conversar sobre otros posibles medios complementarios, como una radio comunitaria o alguna otra forma de producción de contenidos que ayude a la comunidad a mantener su modo de vida y multiplique las herramientas para hacer frente a la intromisión de todas las tecnologías no indígenas”, explicó. Entre tanto, Intervozes está terminando un corto documental sobre esta experiencia que pronto estará en internet, y principalmente en Nhandeflix.
Esta nota es una versión de la información que compartió Intervozes y su representante, Pedro Ekman, como parte del proyecto “Conectar lo no conectado: Apoyar a las redes comunitarias y otras iniciativas de conectividad comunitaria” para la columna Sembrando cambios, que presenta las experiencias de los miembros y socios de APC que recibieron fondos de “Conectar lo no conectado” y subsidios a través de otros proyectos e iniciativas de APC.
¿Te inspiraron estas historias a plantar semillas de cambio en tu comunidad? Comparte tu relato con nosotros/as escribiendo a communications@apc.org.