México produce entre 200 y 300 mil toneladas de residuos electrónicos por año. Sin embargo, no existe un vínculo real entre las políticas digitales y las medioambientales. Faltan políticas públicas para el uso “limpio” de las TIC y, de esa forma, el país pierde oportunidades de aprovechar estas tecnologías para mitigar el cambio climático. Olinca Marino y Enrique Rosas realizaron un informe sobre TIC y sustentabilidad ambiental, identificando estas y otras problemáticas.
El actual escenario TIC mexicano
Las desigualdades sociales y económicas resultan en un acceso a su vez desigual a las TIC de parte de diferentes sectores de la población. Según la Asociación Mexicana de Internet, poco más de 30 millones de los 110 millones de mexicanos tienen acceso a internet. Como resultado de la poca inversión en infraestructura, México es uno de los países con menor densidad de banda ancha (1 Mpbs de velocidad) pero con las tasas más caras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), llegando a costar cinco veces más que en Estados Unidos.
Algo parecido sucede con la telefonía celular: el servicio en México es uno de los más caros de la OCDE pero su infraestructura de telecomunicaciones es una de las menos desarrolladas de los países que integran la organización. Esto es causado en parte porque existe un monopolio en el sector de las telecomunicaciones en el país, aunque de hecho las prácticas monopólicas están prohibidas por ley, tal como señala la autora del informe. Pero agrega que es importante destacar que con la introducción del doble o triple play, los costos generales han empezado a disminuir.
Acciones contra el cambio climático relegadas
México es el segundo país del mundo con mayor diversidad de ecosistemas. Pero es a su vez uno de los más vulnerables al cambio climático. La degradación del medio ambiente agravó la pobreza ya existente e influyó en la generación de problemas sociales y económicos como son la migración, el desempleo y la inseguridad. Uno/a de cada tres mexicanos/a vive actualmente en zonas que pueden inundarse.
Sin embargo, la reciente propuesta de una agenda digital para México no contempla la necesidad de tomar medidas contra el cambio climático. Podría decirse que no hay vínculo real entre las políticas digitales y las medioambientales. Según explica Olinca Marino, esto se debe en parte a que otros problemas como la inseguridad y las inminentes elecciones presidenciales “distraen la atención de los legisladores y de las agendas políticas en general”. De esa forma, México deja pasar las posibilidades que ofrecen las TIC para lograr la mitigación del cambio climático. De no lograrse una agenda digital fuerte y clara en el sentido antes mencionado, es poco probable que la situación cambie para el 2030, como se había predicho en un principio.
Iniciativas estatales poco claras o laxas
Todavía queda mucho por hacer en cuanto al manejo de los residuos electrónicos. México produce entre 200 y 300 mil toneladas de este tipo de residuos al año. Sin embargo, el reciclaje aún no es una práctica común en el país: hace falta informar y generar conciencia sobre la problemática de los residuos electrónicos y crear un sistema formal para el manejo de residuos electrónicos en el país.
“No hay claridad sobre la acción gubernamental o privada frente a la basura electrónica”, señala Marino. “Los desechos electrónicos están considerados ‘desechos especiales’, no entran en la categoría de ‘desechos peligrosos‘”. No existe en México una política pública que maneje el problema a nivel federal sino que cada municipio debe hacerlo por su cuenta.
Sin duda se requieren acciones para favorecer la toma de conciencia acerca del impacto – tanto negativo como positivo – de las TIC sobre el medio ambiente. Según Marino, estas acciones “deberían estar basadas en campañas informativas entre la población sobre hábitos de consumo en general y de las tecnologías en particular. Y también campañas informativas que hablen de los aportes que podrían significar los usos adecuados de las TIC de cara a la mitigación y adaptación al cambio climático”.
Las iniciativas que se incluyen en la nueva propuesta de agenda digital son muy laxas, por ejemplo: “Fomentar los trámites electrónicos y la cultura del uso racional y responsable del papel; establecer estímulos para favorecer el tratamiento de residuos electrónicos”.
Para establecer una agenda digital clara, es importante la participación de la sociedad civil en la creación de políticas pero dicha participación no está instalada como práctica debido a una suerte de “desencanto político”.
Este artículo fue escrito para la iniciativa GreeningIT de APC [en inglés] y se basa en el informe de LaNeta y el informe 2010 del Global Information Society Watch para México [en inglés]
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