Los resultados de las evaluaciones de género sobre el uso de las TIC apuntan al hecho de que las mujeres mayores de 35 a menudo se consideran “demasiado viejas” para utilizar las TIC y aprender acerca de la tecnología informática. Esto es especialmente cierto en las zonas rurales de América Latina, donde las mujeres mayores de 35 años se quejan de que sus hijos, en particular, piensan que no son capaces de navegar por internet debido a su edad, y que sería difícil para ellas aprender a enviar correos electrónicos y manejar programas informáticos.
Las vidas de muchas mujeres en las zonas rurales de América Latina han cambiado significativamente en los últimos decenios. La mayoría de las mujeres jóvenes ahora sabe leer y escribir, ha asistido al menos a la escuela primaria, sabe acerca de sus derechos ciudadanos, y también está informada sobre los derechos de la tierra, los derechos laborales, las cuestiones ambientales y los precios de mercado. Los medios de comunicación, especialmente la radio, han desempeñado un papel importante al mantener informadas a las comunidades rurales acerca de lo que sucede en las grandes ciudades y en el resto del mundo, y también han abierto espacios para que estas comunidades compartan sus intereses y preocupaciones.
En estas comunidades rurales, la mayoría de las mujeres de más de treinta ya son madres de adolescentes. Se casan jóvenes y trabajan como amas de casa o en los campos, con sus maridos o familiares. Sin embargo, a pesar de que saben mucho acerca de los cultivos y la producción de aves de corral, rara vez poseen la tierra o tienen algo que decir cuando se discuten las finanzas o los planes económicos de la familia. En las reuniones donde se toman decisiones comunitarias su presencia es casi inexistente y se espera que acepten lo que otros deciden, sin hacer preguntas.
Es tiempo de opinar
Los cibercafés y telecentros no son comunes en las zonas rurales de América Latina, pero en algunos países como Colombia, Costa Rica, Perú, Bolivia, Argentina, Brasil y Uruguay, el gobierno y las organizaciones sociales están trabajando duro para llevar la conectividad y las TIC a ciudades y pueblos pequeños. Debido a estas políticas, muchas personas se han convertido en nuevos usuarios de las TIC, especialmente los niños mayores y adolescentes. Jóvenes y hombres de mediana edad han empezado a utilizar internet para encontrar información sobre los precios del mercado, el clima y las posibilidades de producción de nuevos cultivos en su región.
Las mujeres todavía están lejos de este acceso, principalmente debido a los prejuicios y los estereotipos que las siguen relegando al hogar. Muchas de ellas han empezado a utilizar sus propios teléfonos celulares, principalmente con tarjetas prepagas para enviar mensajes de texto o para hacer llamadas cortas. A pesar de ello, todavía se las considera incapaces de entender las TIC. Pero ya no están dispuestas a quedarse calladas: quieren tener su oportunidad de aprender y decidir por sí mismas si se encuentran a las TIC difíciles de entender o no.
Los intereses de las mujeres en cuanto al acceso a las herramientas y el conocimiento de las TIC son variados e incluyen muchas habilidades diferentes. Algunas quieren aprender a descargar las fotos que toman con la cámara de su teléfono celular y guardarlas en un álbum virtual que puede actualizar ellas mismas. Otras quieren participar en listas de discusión sobre temas de su interés, como la educación de sus hijos, la salud, la violencia contra la mujer, la producción del campo, los problemas ambientales en su zona, etc. También quieren aprender nuevas técnicas para hacer artesanías o para mantener saludables a sus aves de corral. Muchas expresaron también su interés de participar en las redes de mujeres en línea que las mantienen al día sobre las actividades en sus comunidades. El acceso a noticias e información es otra necesidad en aumento.
Los facilitadores de los telecentros y los que coordinan el acceso comunitario a las TIC, tanto del gobierno como de las organizaciones sociales, deberían tener en cuenta estas necesidades e intereses. La falta de participación de las mujeres en el acceso a las TIC debe considerarse desde la perspectiva de género, teniendo en cuenta todas las cuestiones sociales y culturales que atraviesan lo que puede ser percibido como timidez o resistencia, especialmente en las mujeres mayores de 35 años, que tienen interés en aprender estas tecnologías. De lo contrario las puertas del mundo de la información y la comunicación permanecerán cerradas para ellas y no podrán obtener sus beneficios para su vida personal, familiar y comunitaria.
Dafne Sabanes Plou, coordinadora regional del PARM y coordinadora de la adaptación GEM para telecentros.
La Metodología de Evaluación de Género GEM es una metodología que integra un análisis de género en las evaluaciones de iniciativas que usan las tecnologías de información y comunicación (TIC) para el cambio social. GEM proporciona una forma de determinar si las TIC están empeorando o realmente mejorando las vidas de las mujeres y las relaciones de género, así como de fomentar un cambio positivo a nivel individual, institucional, comunitario y social en sentido amplio. GEM ha sido desarrollado por el programa de mujeres de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (PARM de APC).