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APC condena la violencia del ataque contra los territorios palestinos y apoya a todas las personas de Palestina que hoy, y desde hace 75 años, sufren el colonialismo de los asentamientos, el genocidio, la violencia estructural y graves violaciones de los derechos humanos.

Apoyamos las voces de quienes están siendo silenciados/as, y nos solidarizamos con los dos millones de personas de Gaza que viven en una prisión a cielo abierto y a las que Israel priva de alimento, agua, electricidad y ayuda humanitaria y médica. Esas personas han estado sujetas, y continúan estándolo, a la limpieza étnica y el genocidio a manos de militares israelíes y colonos/as que han obligado a los palestinos y las palestinas a abandonar sus hogares para seguir con vida. Nadie debería tener que elegir entre dos derechos humanos fundamentales: el derecho a la vida y el derecho a la vivienda y la seguridad. Una investigación realizada por Amnistía Internacional en 2021 expuso este sistema de apartheid, y el experto en derechos humanos Michael Lynk, de Naciones Unidas, sostuvo que este sistema constituye un crimen contra la humanidad.

La defensa de los derechos humanos de todas las personas palestinas implica garantizar su seguridad, dignidad y libertad. A la vez que condenamos todos los actos de violencia contra civiles o la retención de rehenes como una violación del derecho internacional, incluyendo aquellos que resultaron en la muerte de civiles israelíes el 7 de octubre, denunciamos los actos injustificables contra la población civil palestina, que incluyen violaciones de derechos humanos y del derecho humanitario.

Los trágicos eventos ocurridos recientemente en Palestina e Israel son el resultado de una estructura de poder desigual por la cual se ha ejercido una opresión sistémica constante en la zona donde se está desarrollando la violencia. Durante años se han silenciado las voces de grupos sistemáticamente oprimidos y marginados. Para el trabajo de APC, es fundamental ampliar esas voces silenciadas, que sufren las peores consecuencias en esta estructura desigual de poderes en la que las voces privilegiadas dominan el relato. Esas personas son las principales víctimas de la violencia sistémica, la opresión y la supremacía que se ejerce sobre los otros.

Al momento de redactar esta declaración, el pueblo palestino de Gaza está desconectado de internet y de todo servicio de telecomunicación, lo que le impide conectarse con el resto del mundo. Existe información de que los paramédicos de la Media Luna Roja palestina han sido blanco de ataques al aproximarse a las personas heridas para brindar atención médica de emergencia, junto con información de que múltiples periodistas han sido asesinados. Se trata de crímenes de guerra cometidos por Israel, prohibidos por los códigos internacionales de derechos humanos, y que no serían posibles sin el apoyo de los gobiernos occidentales, cómplices en la escalada de violencia contra el pueblo palestino.

Es evidente que existe una situación de desequilibrio en este conflicto. Durante décadas se han violado sistemáticamente los derechos humanos en territorio  palestino, violaciones que han recibido una cobertura escasa en los medios de comunicación internacionales. El impacto de los ataques recientes en los medios internacionales es desproporcionado y tendencioso, dominado por la desinformación en línea contra la población palestina, mientras las empresas a cargo de las redes sociales hacen oídos sordos ante los discursos de odio, la ridiculización y los llamados a la violencia contra las personas afectadas. La forma en que se diseña y se comparte la información refleja el privilegio de Israel, y también el modo en que se define la estructura de los medios de comunicación internacionales, en base a criterios de poder y económicos. Somos testigos del devastador impacto del estallido de la violencia y la opresión sistémicas en un momento en el que prevalecen la desinformación y la violencia, facilitadas por las tecnologías y exacerbadas por las plataformas de tecnología extractiva que obtienen beneficios de los discursos de odio.

Entender lo que está sucediendo en Palestina no es complicado, al contrario, es evidente que se trata de colonialismo y limpieza étnica.

Llamamos a la comunidad internacional a alzar la voz contra las estructuras coloniales racistas y a exigir la protección de los derechos humanos de todas las personas afectadas, o que corren el riesgo inminente de verse afectadas, por los ataques desproporcionados contra el territorio palestino.

Exigimos que Israel y los gobiernos extranjeros aliados acaben con la campaña de genocidio contra el pueblo palestino. También exigimos que las grandes compañías de tecnología pongan freno a la desinformación y la censura que provocan delitos de odio y generan las condiciones para desarrollar una narrativa que justifica las atrocidades masivas contra el pueblo palestino.

Exigimos el levantamiento del sitio que condena al pueblo palestino a una muerte lenta y una inminente catástrofe humana.

Exigimos el cese de la guerra y la prolongada ocupación de los territorios palestinos.

Exigimos el desmantelamiento de las estructuras coloniales y de apartheid de Palestina, y el fin de la violencia que las sustenta.

Apoyamos a los miembros y socios palestinos de APC, al igual que a todos los palestinos y palestinas de todo el mundo.

 

Nota: El texto de esta declaración fue editado el 23 de octubre de 2023 para reforzar el compromiso de APC con los derechos humanos universales.

 

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Imagen de Markus Spiske via Unsplash.